"No me pienso rendir hasta que se agoten todas las opciones", ha sido una de las lecciones de vida que Carolina Cerezo, una malagueña de 25 años enferma de cáncer, escribió este pasado lunes en una carta a la directora enviada al diario El País. En ella, busca alguna vía que le permita superar el cáncer, aunque eso conlleve experimentar con ella.

Desde octubre de 2017, momento en el que le diagnosticaron un tipo raro de cáncer del que hasta hoy, sólo se han registrado cuarenta casos en todo el mundo, no ha parado de luchar de forma incansable contra su enfermedad buscando tratamientos que le ayuden a superarla y a poder decir definitivamente que está curada. "Hace ya dos años que esta enfermedad me pilló por sorpresa, acudí al médico con unos dolores en los ovarios y salí de él con un tumor canceroso en la zona del colón", explica Carolina.

Meses después de someterse a una primera operación en la que "supuestamente" los médicos habían limpiado todo rastro del tumor, Carolina vuelve a recaer y su cuerpo vuelve a reproducir el cáncer. En ese momento, Carolina toma consciencia de la realidad que estaba viviendo y de la enfermedad que sufría. Junto a la recaída tuvo que enfrentarse a una cirugía radical con la que perdió partes tanto de su aparato digestivo como reproductor y a ello, se le sumó la mala noticia de que su tumor no era uno cualquiera, sino que sufría un subtipo de sarcoma que sólo se reproduce entre los jóvenes y del que los profesionales médicos sólo tienen constancia de una decena de casos en todo el mundo.

Todavía sin un tratamiento eficaz contra su enfermedad, si se sabe algo, y es que se trata de un tumor que además, es resistente tanto a los tratamientos habituales tanto de radioterapia como los de quimioterapia. Su terapia alternativa han sido y lo están siendo las pastillas de quimioterapia. Debido a que Carolina comparte mutación genética con los enfermos de cáncer de pulmón, ello le ha permitido acceder a los medicamentos que se utilizan en esos casos. "Tras una primera etapa en la que tomé pastillas y parecía que todo desaparecía, pero dejaron de tener efecto sobre mi y he tenido que volver a otro nuevo tratamiento con medicamentos de última generación", señala tras ser atendida por su médico en el Hospital Virgen de Rocío de Sevilla, donde se encuentra bajo la supervisión de especialistas y oncólogos, atención que recibe junto a profesionales del Virgen de la Victoria de Málaga.

Carolina lo tiene claro: "no me voy a rendir y si hay algún tratamiento que se adapte a mi, quiero que experimenten conmigo". Esto es lo que también refleja en su carta al diario El País. "Yo quiero que prueben conmigo. Busco alguna vía que me permita seguir disfrutando de la vida. Sé que mi cura está ahí fuera. No me pienso rendir hasta que se agoten todas las opciones".

Mientras continúa con un nuevo tratamiento, Carolina busca salidas y pide ayuda a los centros de investigación y especialistas a la espera de que pueda formar parte de algún ensayo clínico que le permita decir adiós al cáncer.