«Pareció bonita la idea de mostrar al autor profano, porque en el mundo de la imaginería y la Semana Santa me conocen, o me van conociendo, y esta es una faceta más como escultor que como imaginero», explica esta semana Juan Vega, que a sus 33 años expone en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, hasta el 21 de junio, ‘Retratos con alma’, «porque lo que me gusta mucho es intentar captar el alma del retratado», comenta.

Se trata de una treintena de obras del artista malagueño, en una exposición que quiere ser didáctica y de paso mostrar las diferentes etapas en la creación de una escultura. Por eso, además de obra finalizada también hay apuntes a lápiz, bocetos de arcilla, moldes de silicona y bustos de cera, pasos previos a la fundición de una escultura de bronce.

Es el caso de dos pequeñas maquetas del monumento al general Teodoro Reding, que se exponen en la muestra, cuando el tamaño final de la obra es de 2,40 metros. «La escultura está en la fase final de fundición en Sevilla», cuenta el escultor, que detalla que la obra se emplazará este año en la remodelada plaza de Malagueta, frente a Antonio Martín.

El artista de Lagunillas ya cuenta con un monumento público al Fiestero, en Almogía, para el que ha usado como modelo a un verdialero real, Vicente Fernández El Negocio, cuyo busto se muestra en estos ‘Retratos con alma’. También se exhiben bocetos y una maqueta del monumento al héroe de la independencia de Filipinas, José Rizal, escultura que puede verse en la entrada al Puerto de Málaga.

‘Retratos con alma’ofrece además la oportunidad de contemplar un aspecto poco conocido de Juan Vega, el de la cerámica esmaltada, una expresión artística en la que ha tenido como referencia los talleres renacentistas de los Della Robbia. «Esto ha surgido de estar un poco dándole vueltas a la cabeza, el buscar nuevas vertientes», explica, al tiempo que muestra un Adoración de los Reyes, a la que tras ser modelada en barro se le ha aplicado la técnica del vidriado.

El Jesucristo francés

En el capítulo de los retratos privados, con obras de encargo y otras surgidas por iniciativa del autor, destaca la historia que hay detrás de un busto que podría ser «el de Jesucristo perfectamente», cuenta el artista.

El modelo empleado ha sido Quentin, «un chico francés que su novia es de Málaga y viven cerca de donde tengo el estudio; una tarde, cuando estaban paseando, se asomaron por aquí y me pareció que tenía un rostro muy interesante para retratarlo».

A este respecto, subraya que siempre trata de retratar teniendo al modelo real. «Como posar es muy cansado, normalmente trabajamos sesiones de 30, 45 minutos lo máximo y puedo necesitar de tres a cuatro sesiones; luego me ayudo de fotos porque a veces te permiten incorporar algún detalle».

Tres o cuatro sesiones pudo estar con la baronesa Carmen Thyssen en su casa. «Estuvimos hablando de arte y al mismo tiempo trabajando, fue una experiencia única», reconoce. La obra se encuentra en la colección privada de la baronesa.

Y aunque la obra religiosa de Juan Vega tiene su sello particular, un estilo muy definido, destaca que a la hora de trabajar retratos de encargo intenta plasmar el modelo «lo mejor posible, de una manera veraz, para que a nivel técnico el retrato te recuerde a la persona físicamente, y eso es lo más difícil: que te atrape».

En cualquier caso, con su modestia habitual, el artista recalca que «aunque la exposición se llame ‘Retratos con alma,’ habrá algunos en los que no se haya conseguido, porque es lo más complejo del arte: dar con el alma del retratado.

Donde sí lo consiguió fue en el busto doble de un matrimonio fallecido, para el que se guió de fotografía proporcionadas por la familia, o en el emocionante retrato de un bebé, fallecido a los pocos meses.

Pese a contar solo con 33 años, Juan Vega lleva ya 13 trabajando como escultor. Además de sus conocida obra religiosa, esta es la oportunidad de conocer otro registro del artista.