Quedan menos de dos semanas para la constitución del gobierno municipal más importante de la Costa del Sol, pero las negociaciones en el PP y Ciudadanos (Cs) para perfilar un acuerdo que acabe en un ejecutivo municipal de coalición se encuentran varadas. Hasta ahora, no se ha avanzado nada sobre el punto de partida inicial, que sigue siendo el mismo que marcaron los resultados de la noche electoral del 26M. El PP considera que las urnas han hablado claro, y que no existe legitimidad para un gobierno que no esté encabezado por Francisco de la Torre. Fijado el contexto, al día siguiente de las elecciones, De la Torre y Juan Cassá mantuvieron una primera conversación telefónica. Cassá postergó cualquier negociación, a la espera de que Cs formara el comité nacional de pactos. Este órgano se creó el 27 de mayo, un día después de los comicios. Desde entonces, la situación no ha cambiado y se sigue sin avanzar sobre un posible acuerdo que garantice la investidura de De la Torre el próximo 15 de junio. Así lo confirman fuentes directas de Cs. Este estado de manifiesta inacción está empezando a incomodar al PP y a sus dirigentes. También al propio De la Torre, que no esconde su querencia por sacar adelante la negociación con cierta celeridad. Oficialmente, se respeta el orden jerárquico establecido por Cs. Eso no quita que se esté elevando la presión sobre la estructura local de la formación naranja. De la Torre volvió a insistir ayer en un gobierno de coalición con un reparto de concejalías que sea «proporcional» a los resultados del 26M.

Fuentes de Cs confirman que los móviles están echando humo. Las llamadas de dirigentes populares a nivel municipal se están multiplicando. La pregunta siempre es la misma. ¿Cuándo nos podemos sentar a negociar? Y la respuesta sigue siendo igual de inoportuna para las consideraciones del PP. Porque Cassá y su entorno continúa desviando hacia el comité nacional de pactos: «Hasta que no nos digan desde arriba, nada». La sensación de que todo puede ir para largo también se va extendiendo en la estructura local de Cs, una vez que en el orden de prioridades, el Ayuntamiento de Málaga parece estar por detrás de los consistorios de Madrid y Barcelona. Sin hablar ya del mapa autonómico, en el que Cs se juega, entre otros puntos, el reparto de poder en la Comunidad de Madrid. Los pocos mensajes velados que se transmiten es que habrá un pacto entre el PP y Cs, pero que todo se va a dilatar en el tiempo. Lo contrario de lo que quería De la Torre. El regidor, en todo caso, no pondrá pegas. Los 14 concejales obtenidos el 26M refuerzan su posición con respecto a 2015, pero su investidura sigue dependiendo de Cassá.

La propia comparativa con las negociaciones que se llevaron a cabo entre ambos partidos en 2015 también sirve para explicar cómo ha cambiado el contexto, a pesar de que los actores sigan siendo los mismos. Entonces, De la Torre tuvo a Cassá como interlocutor directo. Una vez confirmado que ambos querían llegar a un acuerdo bilateral, se encerraron en los salones interiores del Hotel Ilunion para atar flecos y detalles. Las reuniones, entonces, se producían a luz de la opinión pública, con todos los medios de comunicación de la capital haciendo guardia. Todo se resolvió sin excesivos problemas. Pero poco o nada queda ya de ese clima de confianza abierto que se publicitó y escenificó entonces.

Además de la ruptura del acuerdo en febrero, que ha erosionado la relación entre De la Torre y Cassá, la propia posición del portavoz naranja en funciones ha quedado debilitada por la pérdida de votos que cosechó el 26M. Prueba de ello, las manifestaciones efectuadas por el portavoz de Cs en Málaga, Carlos Hernández White, en las que no pudo confirmar que Cassá seguiría de portavoz naranja en el Ayuntamiento. Algunas fuentes incluso apuntan a que se estaría barajando la posibilidad de apartarlo de la Casona del Parque y buscarle una «salida digna», ofreciéndole un puesto en la telaraña de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, que está en manos de Cs.

De entrada, la persona de confianza elegida para velar por las negociaciones y ejercer de enlace con Sevilla y Madrid es el parlamentario Javier Pareja. No es una elección casual. Desde su entrada en el Parlamento, su figura ha ido ganando peso dentro de la estructura de Cs a nivel provincial. Reservado y prudente en las formas, está trasladando la misma discreción a las negociaciones. El móvil lo mantiene apagado para preservar la confidencialidad y esquivar las preguntas de los periodistas. Pareja sí ha hablado con Cassá, pero el contenido de la conversación se habría limitado a mandar ánimos y poco más. Un intercambio inocente, sin mucho valor.

Descontento

El balance positivo que ha hecho Cs de los resultados del 26M choca con las crecientes críticas que expresan y en la que coinciden varios candidatos. Se habla de una «estrategia errónea», una vez que la dirección nacional estableció una «fórmula molde» para todos los municipios. El estancamiento, señalan, no ha sido puntual sino generalizado.