El cambio climático es una realidad aunque el señor Trump, presidente de los Estados Unidos, lo niegue, supongo, por razones económicas. El señor Trump que algunos pronuncian Tramp, otros Tromp y que si sigue otros cuatros años acabará apellidándose en nuestra tierra Trompo, se opone a aceptar lo que científicos de medio mundo, o medio mundo y mitad (por recurrir a una expresión malagueña), dicen lo contrario.

Los no alineados a la política del señor Trump pronostican que el cambio climático se está produciendo y que si no se adoptan medidas radicales nuestro mundo se precipita hacia una catástrofe de consecuencias irreparables.

Bueno, no hace muchos años, se pronosticó otra catástrofe que nos atemorizó a medio mundo y que se resolvió de forma natural. Me refiero a los efectos negativos de la disminución de la capa de ozono. Prensa, radio, las televisiones... nos alertaron de los daños que la destrucción de la capa de ozono iba a ocasionarnos. Ya nadie se acuerda de la capa de ozono.

Según, leí la frágil capa se regeneró sin la ayuda de nadie. Lo del cambio climático parece que es un problema mucho más serio, y no digamos la proliferación de plásticos en los ríos y mares de todo el mundo sin que hasta la fecha se haya descubierto la fórmula o medio de su eliminación. Los plásticos son indestructibles... de momento.

Ante la constante amenaza del cambio climático, con el deshielo del Ártico, las lluvias torrenciales, las sequías, los incendios forestales, la deforestación, la subida de la temperatura, los descensos, los ciclones, los tornados y las calamidades sin fin, se me ocurrió el otro día hacerme una pregunta: ¿Está cambiando el clima de Málaga que nos da de comer a falta de otras fuentes de ingreso?

Me acordé entonces que hace años entrevisté a don Dionisio Ruiz Fernández, jefe del Centro Meteorológico del Sur, que estaba en Málaga. No sé si se mantiene en Málaga o lo han trasladado a Sevilla o se le ha cambiado el nombre por mor de la Memoria Histórica.

Rebuscando entre papeles, grabaciones en casetes y recortes de periódicos localicé la entrevista. Se la hice en enero de 1978, hace cuarenta y un años. Se radió en el espacio Línea Abierta, un programa semanal que se emitía los domingos a las doce de mediodía por toda la red de Radio Nacional de España. Se emitió el 10 de enero.

Don Dionisio Ruiz no era malagueño pero su estancia en Málaga como meteorólogo lo convirtió en un malagueño más. Fue elegido presidente de la Sociedad Malagueña de Ciencias, se hizo socio del Club de Prensa, club que estaba abierto no solo a los periodistas sino a cuantos les atraía el centro que desarrollaba un variado programa cultural -exposiciones de pintura, subastas de cuadros con fines benéficos, conferencias, proyecciones de películas...-. Era una persona abierta, atendía a los medios informativos cada vez que acudíamos en busca de información y fue la primera persona que dio en Málaga una conferencia sobre el lanzamiento al espacio de los satélites artificiales. Lo que no he encontrado es la viñeta que el ingenioso Elgar, recientemente fallecido, publicó en 'La Tarde' en la que se veía a Dionisio Ruiz sorprendido ante la presencia de un objeto volador cuando daba la conferencia.

Una de las preguntas que formulé al jefe del Centro Meteorológico fue por qué la gente venía a Málaga desde 1900, cómo era el clima de Málaga en aquellos años... Y me respondió:

«Para establecer una definición del clima de esta ciudad se hace preciso que establezcamos qué es el clima. El clima es el estado medio de los valores de las distintas variedades meteorológicas, o sea, de los valores esenciales de las variaciones como son las temperaturas en sus distintas variedades de las máximas y de las mínimas, como la humedad, la presión atmosférica, de las precipitaciones, de la nubosidad, del régimen, de los vientos, de la insolación y de una serie de factores del tipo climatológico y también de tipo cósmico, como la latitud y altitud de la comarca.

«Como la temperatura media oscila alrededor de los 18 y 18 y medio grados, el clima de Málaga puede ser calificado de templado y cálido si nos atenemos a las variaciones térmicas entre los meses más cálidos del año y los más fríos con una pluviosidad de 560 milímetros».

Después de una serie de consideraciones que es innecesario recoger, el profesor Ruiz Fernández resumió el clima de Málaga como «moderado entre templado y cálido y poco pluvioso», lo que explica la presencia de personas de toda España y Europa en nuestra provincia

Todo esto, repito, lo explicó de forma detallada y con conocimiento del tema dada su profesión.

Y ahora me pregunto, después de recordar las palabras del que fuera director del Centro Meteorológico del Sur: ¿Es válido todo lo que nos dijo en 1978 en 2019?

Algo debe de haber cambiado porque estos dos o tres últimos años las temperaturas han subido y bajado de forma desacostumbrada, la pluviosidad también ha sufrido oscilaciones desconocidas, parece que los vientos son más fuertes, los días de terral han descendido... Quizás esté equivocado.

El único documento irrebatible que he encontrado es la estadística de la temperatura media anual en el aeropuerto de Málaga en el periodo 1970-2018. De la media de los 17 grados de 1970 hemos pasado a los 18,50 de 2018.

En casi cincuenta años la temperatura media de Málaga ha aumentado en un grado y medio, más calor, para entendernos mejor.

El año 2000 fue el más frío con unos 17 grados de media, y el más caluroso, con más de 19 en 2005.

El clima, contra la opinión del señor Trump y otros, al menos en Málaga está cambiando. Dentro de otros cincuenta años no sé lo que ocurrirá. Yo no me enteraré, por supuesto.