Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Chile, Claudio Álvarez es especialista en Ginecología y Obstetricia. Este profesional lleva más de 15 años dedicados a la medicina reproductiva. A día de hoy, es el director Médico-Ginecológico en la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg (URE).

¿Es cierto que la demanda de óvulos está aumentando más rápido que el número de donantes?

Sí. Es difícil sacar conclusiones de forma categórica pero la sensación es que la demanda de óvulos está aumentando en relación a la capacidad que tenemos de conseguir donantes. Existe la sensación de que ha aumentado la demanda de óvulos y el número de donantes se ha mantenido, no ha aumentado, pero por ejemplo en nuestra clínica no hay una lista de espera para pacientes que necesiten una donación de óvulos. Tenemos la capacidad de responder a las necesidades de las pacientes.

¿Qué opinión le merece el cambio de legislación en Italia y sus posibles consecuencias?

Desde el punto de vista legal no tengo respuesta, es un tema complejo. Las mujeres que donan óvulos, según la legislación, lo hacen de forma altruista. Es decir, donan óvulos, reciben una compensación económica pero es una donación altruista. Cuando una donante dona sus óvulos en mi clínica, está confiando en lo que yo haga con esos óvulos. El hecho de que yo estimule a pacientes para hacer donaciones, obtenga esos óvulos y los envíe fuera de España, rayaría lo ilegal. Otra cosa distinta es que yo tenga varias clínicas, una donante done óvulos en la clínica que tengo en Madrid y esos óvulos los necesite una paciente, de la misma clínica mía, en Barcelona. Entonces trasladaríamos esos ovocitos. Pero enviarlos a Italia concurre en un vacío legal que no veo muy claro.

¿Qué perfil tiene que tener la donante de óvulos en España?

La ley dice que para donar ovocitos tiene que ser una mujer mayor de 18 años y menor de 34. Con una evaluación médica y psicológica normal. La donación es anónima por lo que cualquier mujer en España que cumpla esos requisitos podría donar ovocitos. . En nuestro centro, en particular, el perfil de las donantes es el de una mujer joven, con una media de edad entre 20 y 25 años. Un porcentaje importante son estudiantes o mujeres que se dedican al hogar.

¿Considera que la sociedad acepta con normalidad la donación de óvulos?

Cada vez más. Llevo en la reproducción unos 15 años y en todo este tiempo, la reproducción ha evolucionado bastante. Al principio era un tabú, casi. Era una decisión muy callada, muy encubierta. Ahora está cambiando. Es cierto que es una decisión difícil, porque lo es, pero cada vez se tiene una visión más abierta.

¿Cuál es el mayor mito que se cierne sobre esta práctica?

Más que mito es la importancia que le damos a esa herencia genética que se transmite por los gametos, el concepto ese de ‘sangre de mi sangre’ o ese tipo de aseveraciones. Yo siempre digo que lo que yo soy, el 80% o 90% es como el entorno y mis padres me han criado. Es decir, mi personalidad tiene una base genética en el 10% o 20% de lo que soy. Si mi hijo en el futuro es mala persona, va a depender de como yo he criado a mi hijo, no por esa base genética.

¿Qué factores llevan a una mujer a congelar sus óvulos?

Existen dos perfiles principales de la preservación de fertilidad. Una es la causa social. Si la mujer está decide estar centrada en otras causas y no quiere ser madre todavía pero sí en un futuro. Congela los óvulos para que las condiciones sean las mejores posible.

La otra es por causa médica.

Si la mujer se tiene que someter a tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia, que pueden llegar a afectar en la cantidad o calidad de los ovocitos.

¿Ha aumentado esta práctica últimamente?

Desde hace unos quince años, apareció una técnica de congelación, ultrarrápida, que permite congelar óvulos o embriones, con un buen porcentaje de sobrevida. Esta técnica ha permitido que si una mujer, por razones sociales o médicas, no puede o no quiere ser madre, sabe que cuando decida serlo madre tiene esta posibilidad. Si no lo consigue de forma natural y lo tiene más complicado porque tiene más de 40 años, podrá recurrir a los óvulos que guardo cuando era más joven.

Según los estudios que hay actualmente, la gran mayoría de mujeres que congelan sus óvulos no los usan. Si cuando decide ser madre lo consigue naturalmente, sin ninguna necesidad de recurrir a los óvulos que había guardado

¿Ha aumentado esta práctica últimamente?

Lo que ha pasado es que, en los últimos años, los distintos centros que nos dedicamos a esto nos hemos encargado de difundir que existe esta posibilidad, que guardar la fertilidad para el futuro es una posibilidad real. La mujer, al tener esa información, es libre de tomar la decisión. Por lo tanto, cada vez más tenemos pacientes que nos consultan por preservar su fertilidad.