El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga, Avelino Barrionuevo (PP), está muy satisfecho con cómo están funcionando las 21 cámaras de videovigilancia que se ubicaron en el Centro Histórico de la ciudad en el verano de 2016, en Feria, con el fin de mejorar la seguridad ciudadana. De hecho, según explica Ricardo Fernández, policía local del Grupo de Informática y Telecomunicaciones, las imágenes que consignan estos aparatos generaron en 2019 un total de 104 atestados, documentos policiales incoados. Es decir, esas grabaciones ayudan, sin duda, a tratar de resolver esos ilícitos. Y la media es similar desde el verano de 2016, más de 100 atestados cada ejercicio (salvo 2016, con pocos atestados).

Esas imágenes son solicitadas por la Policía Nacional para resolver estos delitos, aunque también las usa con solvencia la Policía Local. «Es una media, que crece, la Policía Nacional tiene un sistema de difusión, las imágenes se difunden policialmente y se trata de identificar a los implicados y detenerlos», dice Ricardo Fernández, quien añade que, según algunos estudios, la efectividad de resolución de casos ronda una horquilla que va del 65% al 80%. El sistema de difusión de estas imágenes entre cuerpos policiales se llama DIFO. Y, por cierto, no sólo sirven para tratar de resolver esos delitos, sino que también se usan, por ejemplo, para aclarar accidentes (como caídas) o los ahora famosos siniestros con patinetes eléctricos. También son muy eficaces para dirimir si una denuncia es falsa.

La mayor parte de los delitos que se dan en el casco antiguo de la ciudad son contra las personas y la propiedad, es decir, peleas, robos con violencia o fuerza o hurtos. Las imágenes llegan al Centro de Interpretación de Alarma y Videovigilancia (Cisavi), que gestiona la Policía Local. Se han hecho diferentes pruebas con cámaras, pero las actuales son de marca IDIS y 4K. Tecnología punta.

Estas imágenes se han usado con éxito, por ejemplo, para un tipo que sigue a una víctima en una calle céntrica y roba el bolso a una mujer; o para esclarecer el robo de una bicicleta o, incluso, también se han resuelto diversos palos de un grupo que robaba en estancos y se detuvo a un individuo que se llevaba ropa de las tiendas de calle Larios. Reincidió, aunque iba con ropa distinta en cada ocasión, pero aún así se le pudo identificar.

Para que entiendan como funciona, la Policía Nacional comunicó, por ejemplo, que se produjo un atraco en Armengual de la Mota y se dieron las características del sospechoso: llevaba una sudadera roja, una chaqueta verde de manga larga y la Policía Local visionó imágenes de las cámaras del Centro Histórico y pronto descubrieron que en la plaza Mitjana, una hora antes, estaba un individuo que coincidía con la descripción inicial dada por la víctima.

Las cámaras sirvieron para esclarecer los hurtos de una banda que robaba bolsos cuyos propietarios dejaban tranquilamente en las sillas de las terrazas hosteleras, o uno de los más casos más destacados: la Policía Nacional comunicó que, en la plaza de la Merced, una chica le había dado una paliza a una anciana para robarle el reloj y huyó en un coche. Los agentes locales identificaron el probable modelo del vehículo, pero los funcionarios nacionales consideraban que era otra marca. Finalmente, peinando todos los vehículos que habían pasado por calle Carretería en la franja horaria en la que se cometió el delito se pudo determinar que se trataba de un Seat León y se detuvo a los implicados, un banda que actuaba en el litoral Mediterráneo. También se usaron las imágenes para resolver el caso del 'mataleón', una llave practicada por unos individuos para tratar de bloquear a la víctima mientras sus compinches le roban. O, por ejemplo, se pudo comprobar cómo alguien había tirado en Cisneros/Especería dos globos de aceite de cocina, lo que propició hasta 11 peligrosas caídas. «Estas imágenes nos las pide la Policía Nacional pero también actuamos por nuestra cuenta», dice Fernández, quien añade que también se registró el primer accidente de patinete con atestado. Ocurrió en calle Larios. «Averiguando la casa de alquiler, la hora y el tiempo, localizamos a la persona tras pedirle los datos a la empresa».

Cada tres o cuatro días, se piden imágenes, que van primero a la Comisaría de la Policía Nacional, en el entorno de la Merced, y luego al Centro Municipal de Emergencias. En fechas especiales como Semana Santa, Feria o Navidad hay refuerzos de la Policía Nacional.

El concejal, por su parte, explica que ya hay una segunda fase para instalar nuevas cámaras autorizada. Estas, que serán 18, se ubicarán en el perímetro del casco antiguo: Carretería, Álamos, la Merced, Alcazabilla, Císter, plaza de la Marina, Félix Sáenz y Nueva. Actualmente, señala Barrionuevo, estos expedientes están en contratación. Y se prepara una tercera fase para el Soho, ya autorizada. Se trata de cinco puntos, donde habrá nueve o diez cámaras. «En el Soho, se tramitaron por seguridad, esto debe pasar por una comisión de garantías del TSJA, la comisión de garantías de videovigilancia, mandamos una solicitud con más puntos y los redujeron a cinco, por el principio de proporcionalidad», dice el edil, quien añade que se autorizaron en abril de 2019. Irán a calle San Lorenzo, Pinzón, Córdoba y Tomás Heredia. Esta petición la resuelve el delegado del Gobierno en Andalucía en base a lo que dice la comisión de videovigilancia del TSJA.

Barrionuevo agrega que la fase dos está en contratación por 130.000 euros y la del Soho, la tercera, ha recibido una consignación presupuestaria en 2020, pero rechaza dar una fecha exacta de la instalación. Además, se han autorizado inversiones para renovar los puntos de instalación en el Ayuntamiento, «alta tecnología, tanto en el perímetro como el interior».