En Carlinda, el barrio vecino de la Granja de Suárez, la lista de quejas al Ayuntamiento se acumula. «En el año y medio que llevo de presidente nos han puesto un tramo de valla y pocas cosas más. Llevamos muchos años peleando los vecinos y me pregunto si somos marginales», expone Juan Manuel González, presidente de la asociación de vecinos.

Se encuentra en el puente del arroyo del Cuarto, en la calle Padre Martín, que presenta importantes grietas en el asfalto, una situación que dura años. «No soy un experto, pero para evitarlas, que hagan una franja de dilatación y la evitan, porque al moverse el puente se producen grietas», señala.

Justo detrás, en un enorme talud que llega hasta la fábrica de Salyt asoman por el puente abundantes matas de parkinsonia, un arbusto lleno de pinchos que, recuerda el presidente, «están prohibidas por los pinchos que tienen y porque este es un paso continuo de los niños que van al colegio», cuenta. De momento, sólo las podan después de mucho insistir, pero no las retiran», lamenta y pide, «por lo menos, un plan anual de desbroce», en un barrio que convive con una naturaleza muy frondosa.

Al lado de Juan Manuel está su padre, el que fuera presidente vecinal muchos años, Joaquín González, que advierte del gran número de basura y maderas que hay desperdigada por el talud. «Al lado hay un aparcamiento y en verano todas estas maderas pueden arder», por eso subraya la necesidad de limpiar a fondo este terreno.

Relacionado con la limpieza, Juan Manuel González reconoce que «ha mejorado un poquito»; pero llama la atención de que «en el barrio no ha entrado nunca una barredora. Ese aparato que limpia los bordillos no se conoce en Carlinda», ironiza.

Las mayores quejas por la suciedad se las lleva el vecino arroyo del Cuarto, y aunque destacan que el Ayuntamiento retiró las últimas decenas de kilos de basura, advirtieron que ya han arrancado uno de los cuatro topes colocados por el Consistorio, para impedir que las furgonetas tiren la basura cauce abajo, aprovechando un gran desnivel con desprendimientos de tierra.

«Sigue pasando y cuando las lluvias del otoño arrastraron el barro, la basura y todo el colector se colapsó», cuenta el presidente mientras señala toda la basura despeñada por el desnivel.

«La gente pasa por aquí, los niños vienen a jugar y esto es peligroso. Yo entiendo que esto vale dinero pero hay que buscarle una solución y no que den largas», reclama el presidente.

Juan Manuel González también aprovecha para reclamar la poda de varios grandes ficus del barrio cuyas ramas están a punto de llegar a los bloques. «Va a pasar el autobús de la línea 38, va a tocar en el techo y puede haber un accidente», avisa Joaquín .

Cuatro de esos ficus, por cierto, se encuentran en una calle sin nombre y sin urbanizar, detrás de la calle Nuestra Señora de Tíscar. Los vecinos llevan muchos años reclamando que entre en el callejero y se arregle.

«El Ayuntamiento dice que no se puede limpiar porque no tiene nombre. Es una vía pública», considera el presidente, que cree que incluso podría comunicar en el futuro con la calle Galeno y mejorar el tráfico en el barrio. En la actualidad, la mayoría es terriza y se usa de aparcamiento. «Hasta el murete se quedó sin terminar», señala Juan Manuel González.

Los vecinos, por último, comentan que siguen sin noticias sobre el futuro de la fábrica de ladrillos Salyt. En todo caso, piden algún tipo de equipamiento. «Eso cambiaría la barriada totalmente», indica el expresidente.

Respuesta del Ayuntamiento

La concejala de Bailén-Miraflores, Elisa Pérez de Siles, respondió que el arreglo de las grietas de la calle Padre Martín, «está metido en el plan de asfalto de este año». Con respecto a la limpieza del talud de Salyt, «se hizo hace dos meses, pero no se respetó ni una semana, lo utilizan como depósito de escombros».

La concejala también recordó que el cauce del arroyo se limpió hace unos meses, «pero no podemos poner barreras físicas en un perímetro de protección».

Elisa Pérez de Siles señaló por último que pedirá datos sobre las podas pendientes y la calle por urbanizar.