El vecindario de Palma-Palmilla se movilizó ayer tras la muerte de Mateo, el vecino de la calle Ebro de 74 años que falleció la noche del miércoles por el impacto de una bala perdida procedente del tiroteo que protagonizaron dos clanes enfrentados. Como ya hicieran tras otros incidentes con arma de fuego registrados los días 1 y 2 de enero y del 3 de febrero de 2019, el Consejo Político, diferentes colectivos vecinales y el Plan Comunitario del Distrito alertaron de «la situación de impunidad que se vive en el barrio ante el uso de armas de alto calibre por una minoría que hace que la mayoría del vecindario viva en con miedo e inseguridad». En un comunicado difundido por el Ayuntamiento, los responsables municipales indicaron que el vecindario les ha trasladado que las autoridades «no han hecho nada» ante este tipo de acciones de una «minoría violenta». «Eso no sólo genera impunidad, inseguridad y desconfianza hacia las fuerzas de seguridad dentro del barrio, sino que también redunda en el estereotipo sobre Palma-Palmilla», explicaron. Si bien entienden que este distrito no tiene la exclusividad en este tipo de sucesos y comportamientos que comparten con otros puntos de la ciudad, los vecinos solicitan para estos barrios que se intervenga «de forma inmediata y de manera contundente por parte de todas las fuerzas de seguridad y desde el ámbito judicial abriendo una investigación profunda sobre los acontecimientos que motivan lo ocurrido esa noche». De la misma manera, piden información de primera mano sobre las actuaciones realizadas.

Hasta el momento, la investigación que lidera el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional ha arrojado la detención de seis personas por su presunta implicación en la muerte de Mateo. Como adelantara La Opinión de Málaga, el vecino, un transportista jubilado que deja viuda y tres hijos, uno de ellos policía local en un municipio malagueño, recibió en el pecho el impacto de un proyectil cuando, atraído por el ruido de la balacera, se asomó desde el décimo piso en el que vivía en el número 5 de la calle Ebro. Los investigadores tratan de averiguar si hay más implicados y saber cuál de las personas involucradas acabó con la vida de un inocente.

La misma noche de los hechos, los agentes de la Policía Científica recogieron en la calle donde se registraron los disparos restos de munición de alto calibre que están analizando para determinar si coincide con el proyectil que alcanzó al vecino y otros incidentes registrados en el pasado. Entre esos restos destaca la presencia de vainas de munición de guerra de origen ruso del calibre 7,6 x 39 milímetros (compatible con el kalashnikov) y de balas expansivas para escopeta, también de gran capacidad destructiva y que normalmente se utilizan para la caza mayor. Según fuentes cercanas a la investigación, la bala perdida es de un arma larga tipo subfusil.

La investigación sigue abierta y a buen seguro no tardará en arrojar nuevas detenciones.

«Motivación muy personal»

Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, aseguró ayer ante los medios que la investigación apunta a que el tiroteo entre los dos clanes que desencadenó la tragedia tuvo «una motivación muy personal, de tipo sentimental», aunque las fuentes policiales consultadas por este diario mostraron su sorpresa ante estas manifestaciones y aseguraron que trabajan sobre otras hipótesis. En todo caso, el regidor pidió que se siga profundizando en ello para que la información que se facilite «deje el tema claro». A su juicio, «no es que sea enormemente importante, pero hay una diferencia en que pueda haber una motivación de este tipo», asegurando que «siempre es lamentable que haya habido una persona inocente ajena al tiroteo y que haya perdido la vida, como así ha sido». En este punto, aludió también a la imagen del barrio, «que siempre nos preocupa, y queda menos afectada, si me permiten que hable en estos términos, que si hubiera sido por un tema en relación con cualquier tipo de tráfico de sustancias, etcétera». Por ello, insistió en que parece que es un conflicto en el plano «más personal», pidiendo, sobre esa línea, a la Subdelegación del Gobierno que «trabaje».

De igual modo, dijo tener el «mejor» criterio del distrito y del barrio, subrayando, entre otros, «el esfuerzo» que se ha hecho con el Proyecto Hogar con la participación ciudadana «en cambiar de una manera muy proactiva, con un desarrollo donde participan los vecinos y que es un realidad». «Los cambios hoy en los colegios, en el interés por la educación, que es básico en resolver los problemas sociales, es muy distinto hoy a lo que antes ocurría», apostilló. Asimismo, explicó que la Policía Local se ha puesto a disposición, en la colaboración que necesite la Policía Nacional para cualquier aspecto. «Estaremos colaborando con la Policía Nacional y transmitiendo una imagen positiva de un conjunto de barriadas, que conforman el distrito Palma-Palmilla, donde se trabaja con mucha seriedad desde el punto de vista de la promoción social y educativa».