No toparse a la hora de hacer la compra con el sello V-Label en el supermercado de confianza resulta una labor realmente complicada. Los productos veganos y vegetarianos luchan por abrirse camino en la cesta y ganarse su sitio en los pasillos. Además, la vegetalización de la comida es un fenómeno al que, se quiera o no, está asistiendo la sociedad actual en los últimos años. El número de personas que decide aumentar el consumo de vegetables y legumbres, en perjuicio de los productos cárnicos, es cada vez mayor. En este sentido se sitúa el considerable descenso en el consumo de carne que se ha producido desde el año 2014. Los últimos datos del Panel Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan una disminución de hasta el 7,3% en el consumo nacional de productos cárnicos.

Las cifras de la provincia de Málaga, que recogen una reducción del 5,5%, no parecen alarmar al sector cárnico y a la industria ganadera. Si bien es cierto que la Asociación Nacional de Industrias de la Carne en España (ANICE) asegura que los datos proporcionados por este panel presentan «un acusado comportamiento negativo, en relación con la cesta global de alimentos», la entidad asegura que otros organismos, como la consultora Nielsen, desmienten esta tendencia y aseguran que el consumo de carne aumentó un 0,5% el pasado año.

En cualquier caso, las frutas frescas y hortalizas aparecen, a día de hoy, por delante de la carne en la composición de la cesta de los hogares. El Panel Alimentario corrobora esta tendencia y refleja cómo, en el último año, el consumo de carne descendió en 787 toneladas en Andalucía.

Los datos proporcionados por este organismo reflejan una caída en el volumen de las carnes frescas, que en el último año habría disminuido un 3,3%. En cuanto al valor, un año más se produce un descenso en la carne de vacuno del 3,2%; de ovino y caprino un 2,1% y el conejo, en un 9,5%. Del mismo modo, las carnes congeladas descendieron hasta un drástico 9,8% y el único producto cárnico que consiguió aumentar su valor fue el pollo, un 2,3%.

Con las cifras sobre la mesa, parece un hecho constatado que la tendencia en la alimentación de la ciudadanía ha cambiado hacia un estilo de vida marcado por un mayor consumo de productos vegetales. En el último año, el consumo de hortalizas frescas ha aumentado su volumen en un 2,6%, situándose en uno de los primeros escalones de la cesta de la compra malagueña.

Esta tendencia está generando todo tipo de reacciones en los distintos sectores relacionados con la alimentación. Mientras que los profesionales de la nutrición aseguran que sí se está observando una tendencia hacia la reducción del consumo de carne, esta no vendría, necesariamente, acompañada de una mayor ingesta de verduras u hortalizas. «Es cierto que están apareciendo más personas que quieren reducir el consumo de carne pero lo hacen sustituyendo la carne por productos procesados como salchichas o hamburguesas veganas, que no son productos de calidad», explica Arancha Arias, nutricionista y dietista. Esta profesional advierte, además, de la falta de información existente a la hora de comenzar una dieta vegetariana o vegana. Esta preocupación parece extendida entre el sector nutricional y la experta en nutrición Mar Cobos asegura sentirse preocupada por el abandono de la carne hacia estilos de vida vegano-vegetariano: «Me preocupa porque se debe tener un conocimiento muy importante de la alimentación para poder compensar con otros alimentos y no perder ninguno de los nutrientes que el cuerpo necesita».

Vegetalización de la comida

«Llevo diez años llevando este estilo de vida. Las proteínas completas se pueden obtener de una base vegetal sin ningún problema, la OMS también lo ha indicado», argumenta Silvia Moriano, miembro de la Unión Vegetariana Española.

La entidad alaba la reducción del consumo cárnico a la que viene asistiendo la sociedad en los últimos años y asegura, firmemente, que una dieta vegana o vegetariana puede ser llevada a cabo por cualquier persona, a cualquier edad. De este modo, Moriano explica que estas dietas son válidas para cualquier etapa del crecimiento, desde adultos a jóvenes, pasando por bebés y ancianos. «Siempre y cuando haya una buena planificación detrás», resalta. Al igual que el sector de la nutrición, Silvia Moriano destaca la importancia de que este tipo de alimentación esté controlada, «al menos al comienzo», por profesionales. Moriano reivindica, no obstante, que la falta de vitaminas y proteínas puede afectar también, a un omnívoro.

Proteínas mediterráneas

La dieta Mediterránea se compone de un 80% de alimentos de origen vegetal y un 20% de proteína, explica Cobos. En este sentido, asegura que la población malagueña, por lo general, come mucha carne: «Es la proteína estrella, hay gente que ha abandonado por completo la ingesta de legumbres».

Esta afirmación abalan los datos que, cada año, registran los sectores de la industria cárnica malagueña. La provincia se sitúa como la quinta provincia española que mayor número de sacrificios porcinos registra. Málaga registró un 72% del total de especies porcinas procesadas en los mataderos andaluces. En este sentido, empresas como Prolongo o Famadesa aseguran no haber percibido este descenso en cuanto al consumo de carne. Desde Prolongo, de hecho, prevén un nivel de venta superior a los 250 millones de euros para este nuevo año.

Por contra, las empresas distribuidoras de productos con sello V-Label incrementan sus esfuerzos y aumentan la producción de productos que satisfagan la demanda de alimentos vegetarianos y/o veganos. «Si estamos asistiendo a este aumento en productos V-Label es porque, realmente, la sociedad los está demandando», aseveran desde la Unión Vegetariana Española.

A esta tendencia están asistiendo también los profesionales de la nutrición: «Cada vez aparecen más personas con tendencia al vegetarianismo total, no tanto por salud sino por ideología», matiza Arancha. Esta profesional explica que a su consulta han acudido pacientes con intención de reducir, ya no solo el consumo de carne, sino de los productos animales en su totalidad. Arias incide en que el aumento de este tipo de decisiones podrían tener su origen en el auge de las noticias e informaciones sobre las dietas veganas y vegetarianas. En este sentido, Mar Cobos responde contundente: «Está de moda». La nutricionista asegura estar de acuerdo con la filosofía que defienden estos colectivos, sin embargo, discrepa en los hábitos de alimentación escogidos. «Yo abogo por aumentar el consumo de productos naturales y no consumir sustitutivos de la carne que están industrializados y procesados», asevera.