Muelle 1, la firma que gestiona los recursos comerciales de esa zona del Puerto de Málaga, sufragará las tareas de desinfección en las residencias de mayores de la ciudad, según ha anunciado esta mañana en su cuenta de Twitter el alcalde, Francisco de la Torre, quien ha explicado que Miguel Rodríguez Porras, consejero delegado de esa empresa, se ha mostrado dispuesto a ayudar a la capital de la Costa del Sol en su lucha contra el coronavirus.

Así, cabe recordar que la pandemia está teniendo especial incidencia sobre las personas mayores de sesenta y cinco años, sobre todo en aquellas que tienen alguna patología previa. Además, en otras zonas del país como Madrid el virus ha hecho mella, con especial virulencia, en las residencias de mayores, dando lugar a algunas imágenes dantescas como la de ancianos que han fallecido en sus cuartos sin recibir ningún tipo de atención, algo que, en principio, no está ocurriendo en los centros existentes en Málaga.

La desinfección es ahora fundamental para seguir haciendo frente a la enfermedad. No en vano, ayer la edil de Limpieza, Teresa Porras, reconocía en un vídeo municipal que han sido desinfectados 13.500 contenedores en la capital y más de cinco mil infraestructuras tales como edificios municipales, colegios, parques, inmuebles con alguna significación institucional, hospitales o centro de salud en un importante trabajo realizado por la plantilla de Limasa, la empresa municipal de limpieza de la ciudad.

La Unidad Militar de Emergencias (UME), por cierto, además de tener encomendada labores de seguridad y vigilancia ciudadana en el sentido de que se respeten las condiciones impuestas por el decreto del estado de alarma en cuanto al confinamiento, también ha desplegado durante las casi dos semanas que dura esta situación un importante dispositivo para desinfectar grandes centros de transporte como la estación de autobuses, la estación ferroviaria de María Zambrano, el aeropuerto o las instalaciones portuarias, algo fundamental para detener la transmisión del coronavirus.

Ello se suma a la importancia de las medidas de protección personal y a la responsabilidad de los ciudadanos de permanecer enclaustrados en su casas, saliendo sólo en caso necesario.