En la situación inédita que ha traído la pandemia del coronavirus no solo aflora el miedo a lo desconocido. Basta con ser realistas para atender con preocupación a todo lo que está sucediendo. La preocupación como rutina se ha instalado, igualmente, en las vidas de los alcaldes malagueños, Así están viviendo estas excepcionales jornadas de confinamiento los regidores de tres municipios situados en distintos puntos de la provincia de Málaga: Manuel Barón (Antequera-PP), José Antonio Carabantes (Guaro-Ciudadanos) y Francisco Abolafio (Sedella-Izquierda Unida).

Manuel Barón (Antequera)

«Desde el punto de vista personal, mi situación es absolutamente distinta. La vida como alcalde de Antequera supone una actividad fuera del hogar frenética. Da igual que sea un día de jornada laboral, de fin de semana o una fiesta como, en este caso, sucedería ahora con la Semana Santa. Durante todos estos diez últimos años en los que he estado dedicado en cuerpo y alma a la alcaldía de Antequera, nunca había pasado tantos días seguidos en casa y no había vivido tantas horas continuadas de convivencia con mi familia y con mis hijos. Supone una experiencia nueva. No conocía este status desde que mis hijos eran muy pequeños y, lógicamente, les tienes que dedicar todo el tiempo del mundo. Además, respecto al trabajo relacionado con la actividad política, la gestión municipal está siendo frenética. Casi todo se hace vía telemática, pero atendiendo a todos: a los concejales, miembros de los grupos de la oposición, funcionarios municipales... La mayor relación la tengo, evidentemente, con mis compañeros concejales del PP en Antequera, con quienes estoy coordinando la acción de gobierno del Ayuntamiento. Pero, esta vez, tengo más relación con los grupos de la oposición, mucha relación con los funcionarios y también con ONG, colectivos, asociaciones y representantes de instituciones como el Hospital de Antequera, con los que en otras ocasiones lógicamente no tendría tanta relación. Es una situación que está estableciendo nuevos cánones. La verdad es que hay que adaptarse y lo hacemos. Una de las principales preocupaciones que tenemos los ciudadanos de Antequera es qué es lo que va a pasar en el futuro, además de lamentar los fallecimientos de tantos españoles, andaluces y malagueños que se han producido en los últimos días. Nos preocupa el futuro económico, el futuro del empleo, cómo va a acabar todo esto y va a desembocar en una crisis. Nos preocupa cómo vamos a resolver todo esto en el futuro. Y, evidentemente, a día de hoy lo que más nos preocupa es la salud».

José Antonio Carabantes (Guaro)

«En Guaro nos ha afectado bastante el virus, se han producido algunos fallecimientos. Con el borrador del decreto, pusimos todas las medidas en marcha. Nos adelantamos un poco pero, como se ha visto después, el virus ya estaba desmadrado. También tratamos las calles con desinfectante, contamos con un grupo de voluntarios que hace mascarillas para todos los vecinos y le hacemos un seguimiento especial a la residencia de ancianos del municipio. Realizamos en ella un tratamiento más estricto porque, si a sus instalaciones llega el virus, ya estamos viendo el daño que hace. Además, habilitamos un teléfono que atiendo yo personalmente. Nos llaman las personas mayores que no pueden ir a comprar, necesitan medicamentos u otro producto de primera necesidad y los servicios operativos se lo acercan. El compromiso de todos los vecinos es altísimo. Han puesto a nuestra disposición la maquinaria agrícola para las labores de desinfección y han donado 200 garrafas de desinfectantes. Cualquier vecino se presenta con una garrafa y nos la ofrece. La respuesta al confinamiento, a raíz de los fallecimientos, ha sido absoluta. La concienciación ha sido mayor que en otros sitios en los que no ha tenido tanta incidencia el virus. Además, acudo casi todos los días al Ayuntamiento. Los empleados hacen teletrabajo y yo trabajo a puerta cerrada para atender a toda la documentación que recibimos. Quiero, igualmente, agradecer a los trabajadores de las tiendas su labor para que la comida no les falte a los vecinos. Son héroes como los médicos, los enfermeros o la policía. Me gustaría insistir en la labor de todos los vecinos. Lo solidarios que están siendo con su trabajo y sus donaciones y agradecerles que, desde mi cargo de alcalde, yo esté recibiendo mucho apoyo y mucho ánimo por parte de ellos. Y, especialmente, le dedico unas palabras de recuerdo a las personas fallecidas por el virus y a las que nos han dejado por causas naturales y no se les ha podido dar el último adiós que se merecían. Cada vez que ha fallecido alguien, una vecina con un equipo de altavoces y micrófono en mano ha hecho un pequeño homenaje y distintos rezos en memoria del difunto. A nivel personal, vivo confinado en una parcelita en el campo junto a mi mujer y mi hijo de 10 años. Nos aislamos allí cuando, al principio, los efectos del virus fueron muy duros en el municipio».

Francisco Abolafio (Sedella)

«En Sedella, lo estamos viviendo con mucha preocupación. El 80% de nuestra población son personas mayores y todas las medidas que adoptemos son pocas. Por ejemplo, hemos cortado el agua de las fuentes y hemos restringido el acceso al pueblo de quienes no sean residentes. Y a las personas mayores, les recogemos la basura, les hacemos la compra, les llevamos medicamentos si los necesitan o les resolvemos cuestiones bancarias. Desinfectamos el municipio todos los días. Acudo a diario al Ayuntamiento y, una vez a la semana, con las medidas preventivas necesarias voy casa por casa y -sin entrar- les pregunto qué tal están a los vecinos y si necesitan algo. Por las tardes, tenemos una línea de teléfono abierta para todas las personas que necesiten cosas. Todos los vecinos tienen mi número de teléfono y para cualquier problema ahí estoy yo. Los empleados municipales que son de fuera hacen teletrabajo y el resto trabajamos a puerta cerrada. Los servicios operativos se ocupan a tope de la limpieza y la desinfección. Lo llevamos a cabo todo nosotros con el poco dinero que tenemos. Lo demás lo hemos parado y cerrado todo para no poner en riesgo a mucho personal. Las obras también las hemos paralizado».