Hoy día 8 de mayo se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Ovario, un tipo de cáncer que se diagnosticará hasta 3.300 veces en 2020 en nuestro país y que afectará aproximadamente a más de 120 mujeres de Málaga y su provincia.

Esta dolencia, que supone tan solo un 5% de los tumores que se detectan en mujeres, tiene sin embargo una incidencia alta ya que ocupa el sexto lugar entre los tumores malignos que afectan a la población femenina, por detrás del cáncer de mama, colon, pulmón, útero y de los linfomas.

Las estadísticas muestran que únicamente el 45% de mujeres con cáncer de ovario tienen probabilidades de sobrevivir cinco años en comparación con el 89% de las mujeres con cáncer de mama. Además, esta enfermedad afecta de manera similar a las mujeres en países desarrollados y en países en vías de desarrollo.

Uno de los problemas que plantea este tipo de cáncer es que no tiene unos síntomas muy específicos (dolor abdominal, alternancia de estreñimiento con ganas constantes de ir al baño, hinchazón, cansancio generalizado) que provocan confusión en la paciente y que suelen generar unos estadíos altos de tumoración cuando se diagnostica por parte del especialista.

«Cuanto más alto sea el estadío del diagnóstico, más altas son las posibilidades que tiene de reproducirse. Normalmente, el tratamiento suele consistir en cirugia, quimioterapia y los tratamientos postquimio. El cáncer de mama tiene mucha más presencia en la mujer, pero el de ovario es el asesino silencioso». Así de contundente se muestra Ana Avellaneda, delegada en Málaga de la Asociación de Afectadas por Cáncer de Ovarios (Asaco). Ana, que fue diagnosticada en octubre de 2018 con un cáncer de este tipo en estadío 3 del que se está recuperando, organizó en noviembre del año pasado la sede malagueña de la única asociación que hay en nuestro país que trabaja con mujeres enfermas de cáncer de ovario, (Asaco), que fue fundada en 2011 y que, aparte de la sede malagueña, tiene delegaciones en Madrid, Barcelona, Cantabria, Córdoba y Valencia.

«Llegamos en noviembre , pusimos en marcha la asociación, somos seis personas las que iniciamos este proyecto, varias de nosotras estamos enfermas y seguimos todavía con nuestros tratamientos. Vamos poco a poco, paso a paso, trabajando cuando nuestras circunstancias nos lo permiten», indica la delegada en Málaga de Asaco.

Prevención y revisiones

El problema que surge cuandose habla de cáncer de ovario es la absoluta falta de visibilidad del la propia enfermedad y del colectivo que la padece. Asaco es la unica asociacion de España de este tipo de cáncer, que no solo engloba al de ovario y trabaja también con otros males de carácter ginecológico como son el cáncer de utero y de cuello de útero.

Ana Avellaneda lo tiene muy claro: «Hay que ir a la prevención e ir a hacerse revisiones periódicas. Cuanto mas pronto se detecte, mejores resultados se van a obtener en las operaciones. En España estamos muy preocupadas por la incidencia del cáncer de mama, cosa normal y lógica, pero el de ovario tiene casi el doble de mortalidad y es un gran desconocido, tenemos que hacerle visible», concluye.

Hoy era un día de actos y eventos programados para trasladar a la sociedad el perfil fiero de este tipo de cáncer. Todos ellos han tenido que ser aplazados por la pandemia del coronavirus que asola nuestro país. A las afectadas les queda el consuelo de que durante el fin de semana el Ayuntamiento de la capital y la Plaza de Toros estarán iluminadas en su honor.

La fisioterapia del suelo pélvico, vital en la recuperación

Uno de los servicios que se ofrecen en Asaco Málaga y que más ayudan a las pacientes de cáncer de ovario para tener más calidad de vida, durante y después de la recuperación, es la fisioterapia del suelo pélvico, «vital para poder alcanzar la recuperación total tras la operación y el periodo de quimioterapia», subraya Ana Avellaneda. «Es muy difícil encontrar especialistas porque hay muy pocos que hagan este tipo de fisioterapia tan particular y tan específica» -añade- «nosotros tenemos a María, que es fundadora de nuestra asociación en Málaga, una grandísima profesional que nos ayuda mucho y que está muy vinculada con nuestra enfermedad porque tiene dos hermanas que la han sufrido».

En el poco tiempo que va desde noviembre hasta marzo, fecha en la que se tuvo que parar toda actividad por la irrupción de la pandemia del Covid-19, Asaco Málaga ha tenido tiempo para organizar sesiones psicológicas destinadas a las enfermas y sus familiares para mitigar el impacto emocional que supone sufrir y convivir con una enferma de este tipo de cáncer.

«La labor más importante de Asaco Málaga es escuchar», matiza Avellaneda. «La gente ya sabe que estamos trabajando, porque desde el Materno, que es donde muchas de nosotras estamos recibiendo el tratamiento, se va corriendo la voz de que estamos haciendo y organizando cosas».

Muchas veces funcionan y organizan las diferentes actividades a través de grupos de Whatsapp (sobre todo en estos dos meses de confinamiento) para apoyar, dar ánimos y esperanza a las más de cien mujeres que han contactado ya con la asociación.

«La idea de traer esta asociación a Málaga es paliar la soledad de la mujer que padece este cáncer. Ya estamos aquí, por fin. Nuestra mision es acompañar, que la enferma coja un teléfono, nos llame y nosotros la cogeremos de la mano», concluye Ana Avellaneda.