Los comercios y establecimientos hosteleros de Málaga están preparados para reabrir sus negocios, después de más de dos meses inactivos. Con el pase de Málaga a la Fase 1 de la desescalada se abre la posibilidad de que comercios minoritarios, de menos de 400 metros cuadrados, y restauración, al 50% de su ocupación, puedan volver a abrir sus puertas al público. El reto no es pequeño y los propietarios protagonizan, durante este fin de semana, una carrera para poder garantizar el mejor de los servicios a sus clientes, al tiempo que cumplen con todas las recomendaciones sanitarias impuestas por el Ministerio de Sanidad para esta primera fase.

Comerciantes y hosteleros se ven en la obligación de reinventar su actividad para poder volver a poner en marcha sus negocios. «Voy a luchar por mi negocio para intentar salvarlo, después de 15 años con él», asegura Consuelo. Propietaria de un comercio textil en el centro de la ciudad, Consuelo Serrano Moda, esta malagueña ultima los preparativos para reabrir su tienda.

Limitar la presencia de clientes a un 30% del aforo y garantizar una distancia de dos metros entre personas son las dos premisas principales para la apertura de comercios en esta primera fase de la desescalada. Enrique Gil, presidente de la Federación de Comercio de Málaga (FECOMA), asegura que los preparativos comenzaron cuando se propuso el pase a la Fase 1 el pasado 11 de mayo. Desde entonces, los comercios malagueños han estado trabajando en la aplicación de la norma sanitaria para prevenir el riesgo de contagios. «Estamos adaptando el comercio a las necesidades, con ilusión y ganas», explica Gil.

El presidente de FECOMA lamenta que haya una amplia cantidad de comercios que no van a poder abrir sus establecimientos, «ni ahora ni en un futuro próximo porque han agotado la capacidad financiera con la que contaban». Por su parte, aquellos negocios que sí puedan y tengan pensado abrir, pero cuyas dimensiones no les permita garantizar la distancia mínima de seguridad entre personas tendrán que atender a sus clientes de uno en uno. Algunos comerciantes, por ello, han incorporado las citas previas en su nueva rutina laboral.

El uso obligatorio de mascarillas; la incorporación de mamparas en los mostradores; la desinfección constante del espacio y la habilitación de geles hidroalcohólicos son algunas de las medidas que los comerciantes han adoptado de cara a esta reapertura. En los comercios textiles, por su parte, la desinfección de las prendas y los probadores será una constante: «La ropa la aireamos durante 24 horas y le pasamos una vaporeta que alcanza altas temperatura y desinfecta el tejido», explica Laura, propietaria de la tienda Lola Bermúdez (LB).

Bares y terrazas

El hostelero es otro de los sectores que espera impaciente pasar a la siguiente fase de la desescalada, para poder así reanudar su actividad. Sin embargo, las medidas sanitarias e higiénicas que deberán garantizar harán que la hostelería conocida, y venerada, por los malagueños cambie para siempre. La respuesta de la sociedad ante la inminente reapertura de bares y terrazas mantiene en vilo a los hosteleros de Málaga.

El número de mesas deberá limitarse al 50% del aforo del establecimiento, al tiempo que se garantiza un mínimo de dos metros de distancia entre mesas. Estos requisitos hacen que para algunos locales la apertura de su negocio en estas condiciones no sea viable: «Al tener menos volumen de clientes no hay una rotación de comidas y no obtendríamos ingresos necesarios», explica Jose Manuel, propietario de un restaurante en la barriada de El Palo.

Los que sí prevén abrir este lunes, terrazas y establecimientos de mayores dimensiones, ultiman este fin de semana los preparativos para una jornada marcada por la incertidumbre. «No esperamos una gran cantidad de afluencia, esperamos una demanda baja», confiesa el trabajador de un restaurante en El Perchel. Por su parte, Ion, trabajador de una cafetería en el Centro, asegura que «la gente tiene muchas ganas de salir y lo va a hacer como loca, lo hemos visto en otras ciudades».

Para conocer la respuesta de la población tendrán que esperar a este lunes. Mientras tanto, la desinfección del equipamiento y el mobiliario se ha estado llevando a cabo durante estos últimos días, y se ha podido observar en algunos bares y terrazas del centro de la ciudad. La correcta higiene de las zonas comunes de los locales es otra de las exigencias de Sanidad para poder abrir al público. Además, deberá ponerse a disposición del cliente dispensadores de geles hidroalcohólicos a la entrada.

Como iniciativas propias, la toma de temperatura a la entrada de los clientes; el uso de precintos limitadores entre las mesas; el uso de cubertería envuelta en plásticos individuales y desechable o limitar el tiempo de las consumiciones. La responsabilidad recae, entonces, en cada uno de los propietarios, que deberán encontrar, en las medidas que decidan aplicar, el equilibrio perfecto entre el cumplimiento de la norma sanitaria y la comodidad de sus clientes: «Creo que sí se puede garantizar la seguridad de los clientes si se logra una separación real entre ellos», asegura Ion.

Los comercios y establecimientos hosteleros de la ciudad están preparados y afrontan con ganas una jornada en la que poder llevar a cabo su reapertura y comenzar «a recuperar todo el tiempo y los ingresos perdidos estos meses».