José María Rosado Valero aprendió de su padre el uso de las herramientas. A los 24 años cargó en una furgoneta todos sus trastos y se fue a Ibiza a montar la primera fundición artesanal de plata de la isla.

Tras el nacimiento de sus tres hijos, abrió el pequeño taller Hago en avenida de Príes 7 y después de 20 años en solitario haciendo todo tipo de reparaciones y encargos, dos de sus hijos, Octavio y José, quisieron seguir sus pasos y se embarcaron en el proyecto formando parte de la sociedad.

Hago tiene en la actualidad tres tiendas, dos en Málaga y una en Sevilla y la firme idea de seguir expandiéndose, localizando lugares donde implantar nuevos puntos de venta y una potente actividad a través de su tienda online (www.joyeriahago.com), además de dinamizar la comunicación en sus canales online, tanto desde su tienda como en sus perfiles en redes sociales.

Y es que Hago, en la actualidad, tiene muy diversificada su actividad: da mucha importancia a su ya mítico taller de reparaciones; está muy involucrado en la creación de joyas con símbolos representativos de cada ciudad, como la biznaga, el espeto o la Catedral de Málaga, o el abanico, el zapato de tacón y las castañuelas, tan representativos de Sevilla.

Octavio y José lideran en estos momento un equipo de diez personas, «en el que todas aportan algo», indica Octavio, y en el que están muy definidos los roles. José lidera la parte creativa apoyado por el resto del equipo en las ya famosas reuniones creativas de los lunes.

Entre los planes de futuro de la compañía, está abrir tiendas en diferentes provincias de nuestra geografía y diseñar una serie de símbolos de cada una de ellas en la misma línea que hace con Málaga y Sevilla.

Otra de sus creaciones estrella es la pulsera de nudos de hilos, con innumerables versiones en diferentes metales como plata, oro y latón dorado sujetas a individualización y a las que se pueden incorporar multitud de abalorios.

Las joyas de Hago muestran cómo el oro y la plata combinan a la perfección con piedras preciosas como circonitas, cuero o nácar. Fruto de esta simbiosis han surgido algunas de las piezas más relevantes de la joyería, como la medalla de Málaga, tallada a mano con la punta de un alfiler por una amiga de la familia y que, como declara Octavio, «es una obra de arte dentro de una joya» así como su colgante de plata 'Todo irá Bien', una joya que representa un arcoíris, la esperanza en un tiempo tan convulso como el que nos ha tocado vivir sanitariamente en 2020, y que la Joyería Hago regaló a más de 2.000 personas a través de sus redes sociales.

Ambos hermanos sienten predilección por la 'Colección Cera' unas piezas orfebres que José María, su padre, les enseñó a hacer cuando les mostraba el oficio al comienzo de su andadura: tomando como base unas piezas en forma de rulo, estas derivaban, tras pasar por el horno, en piezas imperfectas. «Es lo que denominamos geometría bailada», afirma Octavio Rosado. Esta técnica se la inculcó su padre por la admiración que el patriarca tenía hacia el escultor José G. Onieva.

Joyería Hago se adhirió a 'Málaga de Moda' desde mayo de 2019, porque creen firmemente que en esta provincia existen grandes diseñadores y emprendedores que pueden hacer de este sector una gran potencia con proyección internacional y confía en que la marca promocional de la Diputación y sus iniciativas puedan ser el medio que apoye las actividades para lograrlo.

El trato tan humano que se procesa con el cliente ha llevado a Joyería Hago a establecer diversos compromisos creando colecciones solidarias en colaboración con la Fundación Andrés Olivares, para ayudar a los niños enfermos de cáncer, o con ASAMMA, la Asociación de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama.