El CEIP Flor de Azahar abrió sus puertas hace justo un año en un ambiente festivo. Sus más de 400 alumnos estrenaron edificio entre música y aplausos. Nadie podía imaginar que sólo estarían unos meses en las nuevas aulas y que la mitad del curso se haría en casa. El día 10, los niños reestrenarán este colegio de Estación de Cártama pero esta vez por la 'nueva normalidad' que ha impuesto el Covid-19. Se encontrarán pasillos llenos de señales que les indicarán por donde tienen que ir, dobles recorridos, glorietas y carteles con las normas higiénico-sanitarias.

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Una situación que se repetirá en los más de 430 centros que comenzarán las clases presenciales el próximo jueves en Málaga. El año pasado fueron 153.108 los alumnos de Infantil, Primaria y Educación Especial que se colgaron las mochilas el primer día de clase. Este septiembre la incertidumbre y el miedo de muchos padres marca el inicio del curso.

No está siendo nada fácil. Los centros, aunque saben que tienen que adaptarse a los cambios que impongan la pandemia y los responsables políticos, tienen preparadas medidas para aplicar los protocolos que han elaborado siguiendo los dictados del Gobierno y la Junta de Andalucía

El uso obligatorio de mascarillas a partir de los seis años, tanto en clase como en el patio, el lavado de manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico al menos cinco veces al día, formar grupos 'burbuja' o de convivencia estable y evitar las aglomeraciones son algunas de las medidas oficiales.

Pero cada colegio ha tenido que elaborar su propio protocolo Covid. Así lo explica Aurelio Caballero, director del CEIP Flor de Azahar, que detalla que se trata de un protocolo de organización y funcionamiento del que en su caso informarán a las familias por videoconferencia. Este centro público no ha tenido problema en adaptarse a la comunicación a distancia, dado su potente plan de innovación.

En su protocolo sobre el coronavirus, cuya aplicación será revisada semanalmente por el equipo Covid que también se ha constituido ya, se recogen numerosas medidas como ésta. El director apunta que, aunque parezca que el colegio va a ser muy frío con tanta norma y señalización, «estamos empeñados en dar ese ambiente familiar que genera la escuela en los niños». En este sentido, han diseñado un Plan de Acogida para ayudar a los niños a integrarse de nuevo en el ambiente escolar y adaptarse al protocolo.

«Creo que los niños nos van a dar un ejemplo a los padres en esta situación. No suelen tener problemas para adaptarse. Creo que nos van a demostrar todo lo contrario», opina Caballero.

A los responsables políticos sólo les pide que estén muy pendientes de la educación y que colaboren en el buen funcionamiento de los centros en este curso complicado.

En el Colegio Nuestra Señora de la Victoria-Maristas también trabajan estos días intensamente para que todo esté listo para recibir a los alumnos. El equipo directivo no ha desconectado este verano y tiene clara su enorme responsabilidad.

«Somos conscientes de las inquietudes que genera este inicio de curso, así como de la incertidumbre con la que las familias se sitúan ante una vuelta al colegio tan deseada y, al tiempo, tan complicada. Por eso -y ante todo-, queremos trasladar un mensaje de calma, en la confianza de que, como siempre sucede en nuestra comunidad educativa, la serenidad, la confianza y el apoyo mutuo, nos ayudarán a afrontar esta situación con realismo pero también con un espíritu positivo», afirma Federico Fernández Basurte, director del centro.

En Maristas se ha reorganizado la entrada de los estudiantes al edificio a través de cuatro puertas para evitar aglomeraciones, han sectorizado el patio y escalonado los recreos, así como eliminado mobiliario de las aulas. Además, cuentan con un médico que trabajará en la detección precoz y en la sensibilización de los alumnos.

Los claustros serán virtuales para limitar también el contacto entre profesores y seguirán trabajando en la transformación digital tanto para simplificar los materiales físicos que usan los alumnos como para posibles clases online.

De hecho, el centro apuesta por la docencia semipresencial que la Junta de Andalucía anunció a partir de 3º de la ESO y en Bachillerato, cuyas instrucciones figuran en la última circular enviada a los colegios por la Consejería de Educación hace sólo unos días.

Entre los planes de Maristas también destaca el trabajo con los alumnos que pudieron descolgarse el pasado curso y con los de atención a la diversidad. «Trabajaremos con ellos desde el minuto uno», aseguran.

El protocolo Covid del Colegio El Pinar está listo desde julio y contempla medidas como horarios escalonados de entrada y salida, la habilitación de espacios exteriores como zonas lectivas o un detallado protocolo de limpieza y otro de actuación si hay indicios de contagio.

Este centro privado de Alhaurín de la Torre parte con la ventaja de unas instalaciones de 21.000 metros cuadrados, además de una reciente renovación de aulas que cuentan con paneles modulares para redimensionar los grupos.

Además, mientras los centros públicos esperan aún noticias del enfermero que se les asignará, este colegio privado tiene un Servicio Médico con facultativo y enfermero escolar, además de otras figuras que ayudarán a mantener la seguridad como los vigilantes de patio.

Su metodología de aprendizaje basado en proyectos y uso de las TIC también les hace más flexibles para adaptarse a la 'nueva normalidad.'

Otra de las medidas más innovadoras es la venta online de los uniformes y los libros a través de la página web del colegio. Un detalle que ayudará a los padres en estos momentos dándoles tranquilidad. «El Plan ya estaba en manos de las más de 1.100 familias en la última semana de julio. En este sentido y con cautela podemos afrontar el regreso a las aulas con seguridad», concluye la directora de El Pinar, María José Salom Herrera.