Años de máximos históricos sobre temporadas ya de récord. Esta última mitad de la pasada década ha supuesto para el sector turístico de la Costa del Sol un periodo histórico, truncado de repente por la peor crisis sanitaria que se recuerda en todo un siglo. Junto a la quiebra de numerosos establecimientos, otros muchos han visto cómo el cierre de fronteras les ha dejado sin esa importante cuota de hasta un 30% de facturación que representaba el turismo de eventos.

Durante los últimos años, en foros especializados se ha aludido a la celebración de bodas, aniversarios y otros eventos privados como a un pilar significativo en la fidelización de los visitantes al litoral de Málaga. El presente 2020 ha derivado con el coronavirus en un periodo estival sin apenas turistas extranjeros, con pérdidas millonarias en destinos como Torremolinos o Málaga capital, que durante el ejercicio anterior llegaron a cuotas, respectivamente, del 75% y del 50% de ocupación por parte de visitantes foráneos. Si ciertos alojamientos han compensado con los turistas españoles parte de tal descalabro, en el segmento nupcial, la caída ha sido casi absoluta.

Representantes del mismo aseguran que más del 80% de las parejas que habían elegido la Costa del Sol para celebrar durante 2020 sus enlaces, aniversarios o eventos privados de carácter familiar eligieron el aplazamiento a 2021 e incluso a 2022. Hoteles, fincas y restaurantes, además de miles y miles de pequeños proveedores que basan su actividad en este segmento, exigen ayudas específicas y narran su particular drama.

Sin actividad alguna en 2020

La propietaria de Grupo EJ Eventos, Estefanía Martín, lamenta que el 90% de las fechas que tenían reservadas para la instalación de decoración y «todo tipo» de infraestructuras en bodas tanto nacionales como internacionales ha pasado a los próximos años. Con más de dos décadas en el sector, su empresa familiar se encuentra dentro de un ERTE, sin que de momento se pueda poner fecha a su salida.

«Lo poco que se está haciendo es con muy pocos invitados. Y respecto a los catering, hay que reconocer que es el sector que más a rajatabla lleva todos los protocolos. En su caso se están gastando los pocos beneficios de los mínimos eventos que tienen en la compra de nuevo instrumental. Pero, además, en nuestro caso llevamos un protocolo de montaje sin mezcla de empresas y con todos los trabajadores realizando previamente sus análisis por PCR», expresa.

Asimismo, las medidas son extremas durante las bodas, con registros de invitados, sin las tradicionales barras libres de pie o con la desinfección permanente de todos los espacios, matiza Martín. El coronavirus, además, ha generado una movilización histórica del segmento nupcial, mediante la unión de empresas en diversas asociaciones de ámbito nacional y regional, de manera que pueda ser más visible y exigir medidas compensatorias ante su grave caída.

EJ Eventos trabaja de cerca con fotógrafos como Eloy Muñoz o Pedro Bellido, artistas y animadores u organizadores de bodas de la talla de El Sí de la Novia o We Do Unique Weddings. Y también se apoya en los principales «recintos malagueños para celebraciones». María Herrero, gerente del grupo B bou con hoteles como La Viñuela y Cortijo Bravo, alega que el año ha sido «dificilísimo. El sector nupcial necesita ayudas como los demás, aunque haya algunos novios que quieran seguir festejando su amor y tengamos bodas muy bonitas, los aplazamientos son ya generales».

Un periodo para reflexionar

Esta emprendedora apunta que el amor en tiempos de la enfermedad del Covid-19 se festeja «divirtiéndose de otra manera tanto parejas como invitados. Eso sí, el gran comportamiento de toda la gente nos sorprende. Compartimos con novios e invitados los protocolos y aún así quieren seguir festejando su amor», matiza. Auditores específicos «pendientes de todo, jornadas de formación y actualización de las nuevas medidas sanitarias o protocolos muy extensos caracterizan ahora «el día a día» de estas empresas.

Así lo reconoce también una de las organizadoras de eventos que tiene su eje laboral entre Marbella, Ronda y Málaga. Mitsy Soto, propietaria de Misty Co Weddings & Events, intenta sacar el lado positivo en este «año tan atípico». Confía en que 2021 va a «compensar todo lo que no se ha podido hacer en este año». Y resume ese optimismo: «Creo que este tiempo que obligatoriamente nos ha mantenido parados ha sido bueno para reflexionar y, en general, para poder replantearnos cómo hacemos las cosas. Nos hemos fijado otros objetivos, al mirar las cosas desde otra perspectiva y con más calma. Con el día a día estamos muy ocupados ,y desde este punto de vista, ahora voy a hacer las cosas mucho mejor. Y será mejor para mis clientes porque voy a poder ofrecer un servicio más completo», alega.

«De otra forma no hubiese podido hacer todo esto. Buscar lo positivo dentro de lo negativo es importante, porque en todas las crisis hay oportunidades siempre que las busquemos. Tenemos que seguir adelante, con más optimismo, más pasión. Porque la gente siempre va a estar enamorada. Este trabajo es muy vocacional y debemos verlo positivamente desde el minuto cero. Hacernos más que nada más fuertes, porque el virus no nos puede destruir», finaliza.

De la misma opinión es Martín Hidalgo, el director de eventos del restaurante Los Caballos de Álora. Ya tiene la agenda de abril a octubre de 2021 repleta, incluidos viernes y domingos, así que ahora empieza a mirar hacia 2022, con la ventaja de que dispone en sus instalaciones de una gran plaza de toros con aforo para cientos y cientos de comensales, incluidas las distancias de seguridad necesarias.

El responsable de eventos nupciales en el Hotel Santa Rosa de El Morche y Soto de la Reina de Alhama de Granada, José Ruiz, indica que es un año perdido, porque el segmento nupcial «es el más perecedero que hay. Cabe consolarse mirando al futuro, pero lo perdido está perdido. Ahora deberíamos estar planificando 2021 y no pensar en que son bodas de 2020. Las pocas de este año son además muy reducidas y con los gastos mínimos que tienes, el beneficio baja hasta cifras que no salvan el año».

También se muestra contrariado con esta situación Rafa Chaves, socio y director comercial de la finca de eventos y catering Jardines de Sofía de Málaga. «Empezamos hace apenas dos años. Sabíamos que arrancar sería difícil, pero nunca imaginamos que llegaríamos a este punto. Con la esperanza de reanudar todo, hemos aprovechado para mejorar carta e instalaciones», concluye ya con la vista puesta en un inmejorable 2021.