La excavación arqueológica en el subsuelo de la parcela ocupada otrora por el edificio de los cines Astoria y Victoria está a punto de concluir, de forma que las arqueólogas que dirigen los trabajos, Ana Arancibia y Cristina Chacón (de la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas, contratada por Hermanos Campano, adjudicataria de la demolición del inmueble), han de hacer en las próximas semanas el informe que elevarán a la Junta de Andalucía, con el fin de que Cultura decida si el valor de los restos impide construir en ese suelo cualquier nuevo edificio (hay en proyecto una infraestructura traslúcida con usos hosteleros y culturales), si se integran en un inmueble o, por el contrario, no merecen ser conservados y la obra puede hacerse sin problemas. El alcalde, Francisco de la Torre, y miembros de la oposición han visitado hoy el estado de las labores arqueológicas y, lo que sí han asegurado a los medios las dos arqueólogas responsables es que, contra lo que se creía por parte de algunos ciudadanos y expertos, el anfiteatro romano no está en el subsuelo de esta zona urbana de la capital.

Así lo ha dicho Ana Arancibia, “no hay muros de sillares y tampoco está el anfiteatro”, lo que ha ratificado Chacón: “El anfiteatro aquí no está”. ¿A qué restos conceden más valor? “Lo más importante y lo que resaltamos de la intervención es la aparición de una serie de enterramientos pertenecientes a la conquista de Málaga, a la toma de Málaga, es una novedad tanto para la arqueología malagueña como para los investigadores, una serie de tumbas, creemos, vamos a realizar un estudio antropológico exhaustivo de todos esos restos, creemos que además se trata de gente que participó en la toma de Málaga y ese estrato analizado, no sólo por novedoso, sino por la importancia que tiene para la historia de Málaga, es una aportación muy importante al ADN malagueño”, ha dicho Arancibia. Son, en teoría, más de 300 enterramientos los que se han estudiado, la mayor parte de ellos de caballeros que participaron en la conquista (fue un cerco de en torno a tres meses el que hicieron los Reyes Católicos en la ciudad).

Hay más y nuevos hallazgos. Por ejemplo, en los laterales de la parcela han encontrado “niveles asociados al momento romano, siglos I y II después de Cristo”. En el lateral norte, se ha hallado un complejo de piletas, “industrial, posiblemente asociado al aceite y vino”. Y en la zona sur, “una serie de enterramientos en mensa”, dispuestos, posiblemente, en una “alcazaba de entrada a la ciudad”. Estos hallazgos romanos son importantes porque esta necrópolis podría estar asociada a una vía “de entrada importante a la ciudad”, ha dicho Arancibia. Las tumbas más importantes se ponen siempre a la entrada de los caminos que llegan a las ciudades para que los viajeros las vean. “Sabemos que esas tumbas nos facilitan poder investigar sobre un camino que desconocíamos de acceso a la ciudad. ¿El camino está? Sabemos que ahí está el colector, con lo cual es difícil que esté el camino, pero nos indica la posible existencia de ese camino”.

Han sido hallados restos del hospital de Santa Ana, lo que ya se conocía; se han encontrado restos de un mesón, primera construcción de la Málaga cristiana; un arrabal nazarí, con edificios y viviendas, que con anterioridad “tenía un complejo industrial asociado a una serie de hornos, de los cuales hemos podido identificar uno, en un estado de conservación no muy bueno, pero que se ve bastante bien”.

Han preguntado los periodistas por qué, si el proyecto existente refleja una profundidad de 10 metros para el auditorio previsto, sólo se ha excavado hasta la mitad, a lo que las arqueólogas han opuesto que para saber lo que hay “habría que bajar y a lo mejor no hay nada”, que el terreno del subsuelo en esta zona es una confluencia de gravas y limos por los ríos “que venían”, lo que dificulta la posibilidad de encontrar algo más profundo y, por último, se ha hecho lo que reflejaba, expresamente, el proyecto.

Sobre la posibilidad de conservar o no algo de lo hallado, ello se hará con un “análisis multicriterio”, fase en la que se encuentran ahora. Les han preguntado si se podrán visitar los restos en un futuro, a lo que han asegurado, ironizando, que el “futuro es incierto”. Asimismo, se han tapado o se están tapando los restos con una arena especial para no dañarlos.

El alcalde, por su parte, ha dicho no creer que los restos hallados hasta ahora condicionen el proyecto de edificio traslúcido, pero ha indicado que él no es experto en estos temas. “No lo veo como algo absolutamente apasionante, brillante como para crear aquí un espacio de visita arqueológica, me encantaría que hubieran sido unos restos muy interesantes que nos hubieran permitido crear un elemento de visión de la Málaga atractiva”, ha declarado, para emplazar, de nuevo, a escuchar a los expertos y que sean estos quienes determinen qué alcance tiene el posible hallazgo de un camino romano a Málaga. “De lo que aparezca del estudio que se ha hecho, de las reflexiones de las expertas que han hablado, de los expertos de la Junta lo tendremos en cuenta”, ha indicado, para añadir luego que “la historia y la arqueología tienen siempre prioridad sobre todos los proyectos, se pueden adaptar a ellas y eso es lo que tenemos que ver: qué vale la pena, una cosa proporcionada”.

Aurora Zafra, jefa del Servicio de Conservación y Arqueología de la Gerencia, asegura que se ha puesto una cota de 5,5 metros de profundidad por seguridad, debido a que al llegar al nivel freático hay que tomar más precauciones, y porque en excavaciones anteriores no habían hallado restos mayores. Pero, ha indicado, todo ello habría que valorarlo en base a las opiniones de las arqueólogas. “El bajar en profundidad los arqueólogos les gusta regular porque van destruyendo”, ha declarado. Pero, “si se tuviera que hacer, se haría”.