Las nuevas servidumbres aéreas que quiere implantar Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), con la modificación y revisión del reglamento que data de 2009, impactan, directamente, contra la altura de varios edificios que el PTA quiere levantar en la zona de ampliación del campus de la Universidad de Málaga (UMA) y también en algunos de los inmuebles que tiene previsto levantar la institución docente en la zona de Teatinos alto, casi lindando con Campanillas. Ya lo han dicho tanto el director de la tecnópolis, Felipe Romera, como los responsables universitarios.

El edil de Ordenación del Territorio, Raúl López, ha confirmado que Urbanismo ha contratado a la consultora de ingeniería aeronáutica Aertec para que redacte las alegaciones al reglamento que actualiza las servidumbres aéreas, que data de 2009, y que ahora está en información pública. Las alegaciones serán una realidad en unas semanas. Si AENA las rechazas, luego se abre la vía judicial, que aún no se sabe si será explorada, aunque el cabreo es máximo.

Esas servidumbres aéreas, dice López, eran unas en relación al último PGOU y, por tanto, permitían edificar hasta una determinada altura; ahora, indica, «AENA ha cambiado las reglas de juego a mitad de partido», es decir, las endurece, las revisa, y ello afecta directamente al techo edificable de esos proyectos públicos de ampliación del PTA y de la UMA, pero también choca, por ejemplo, con al altura de varias de las torres o rascacielos para los que Urbanismo ha dado licencia de obra. No afectó, por ejemplo, a las torres de Metrovacesa o Sierra Blanca Estates en el frente marítimo occidental porque ya están en marcha, pero sí ha habido que reducir la altura de los edificios de la promoción de la Térmica, anexa al anterior, y lo mismo ocurre con otros proyectos urbanísticos impulsados por la ciudad.

«No se pueden cambiar las reglas a mitad de juego», dice López, insistiendo en la inseguridad jurídica en la que han sumido a muchas iniciativas. Todo el que se vea afectado puede alegar, por cierto. Y son varios los municipios concernidos por este problema: Torremolinos, Cártama, Alhaurín de la Torre y la capital. De hecho, es posible que la semana que viene haya una cumbre de regidores para hablar de ello y ver cómo proceder. Las alegaciones del Consistorio malagueño no van a ser las únicas.

En este sentido, el actual PGOU se aprobó con un informe positivo de Aviación Civil y ahora las reglas han cambiado para los promotores, dice López, y para el propio Consistorio. Los nuevos proyectos de ampliación necesitarán de informes al respecto de la autoridad aeronáutica que, con las futuras servidumbres, serán claramente inviables. Sin ir más lejos, ayer mismo la Junta de Gobierno Local dio luz verde a la aprobación inicial de un estudio de detalle sobre dos parcelas existentes en la Zona Parque Científico Empresarial del Plan Especial de la UMA, suelos que acogerán edificios que, posiblemente, no se puedan construir con estas servidumbres aéreas.

Este estudio de detalle, que está promovido por la Universidad de Málaga, tiene por objeto proceder a la ordenación conjunta de ambas parcelas definiendo así los criterios de subdivisión en parcelas para una mejor concreción de los tipos edificatorios que pudieran ubicarse, así como los parámetros edificatorios de cada una de ellas.

Asimismo, se propone una ordenación de volúmenes basada en edificaciones aisladas, con una nueva parcelación en la que se ha tenido en cuenta la parcela mínima de 3.500 metros cuadrados, todo ello para conformar una ordenación de edificios terciarios y tecnológicos, tal y como permite el uso otorgado por el Plan Especial.

Por tanto, se establece una subdivisión en parcelas regulares dentro de la PCEM-1, concretamente de cinco parcelas, mientras que la PCEM-2 se ha dividido en cuatro, en cuya manzana se ubican los edificios del Rayo Verde y el Instituto Hortofrutícola Subtropical y Mediterránea. Por último, en cuanto a la ordenación propuesta se determina que la configuración última debe ser definida en los proyectos que se presenten para la obtención de las licencias de obra, debiendo cumplir cada una de ellas con las áreas de movimiento máximas, las rasantes y edificabilidad definidas por el estudio detalle y obedecer a las alturas permitidas en el cumplimiento de las servidumbres.