Tras 8 meses de pandemia, no solo siguen aumentando los contagios por Covid-19. El virus está dejando a otras víctimas colaterales: miles de familias que ya no tienen nada. Ni empleo ni ayudas. La segunda ola está siendo demoledora para muchas personas que se ven sin recursos, ya que sus ahorros se van agotando y ve como la ayuda prometida no llega.

Durante los primeros meses de crisis sanitaria, las llamadas colas de hambre aumentaron de forma exponencial. Y tras esto, las instituciones comenzaron a elaborar un plan económico para "que nadie se quedará atrás". Se prevían ayudas, subvenciones, un soporte monetario, para que los más necesitados no se quedasen en la cuneta.

Pero, en algunos de los casos, la ayuda todavía no ha llegado. Ana Guzmán o José Ruiz , son dos los malagueños que ven cómo su situación empeora cada día. Ellos con su testimonio, le ponen voz a una complicada situación que afecta a miles de personas.

Ana Guzmán, llevaba desde los 18 años trabajando como cocinera en un importante hotel de la capital, pero con la pandemia se quedó sin empleo: «Lo que tengo de paro, lo destino a pagar mi casa, y las facturas. Tenía ahorros pero por muchos que tengas, no puedes vivir todo un año a base de ellos. Los ahorros se agotan y mi esperanza también».

Esta malagueña tuvo que acudir a un banco de alimentos para poder subsistir durante esos meses: «Es muy duro tener que hacer cola para que te llenen el carro de comida», lamenta Guzmán.

En su misma posición se encuentra José Ruiz: «Yo tuve que acudir a Cruz Roja porque, literalmente me quede sin ingresos, de la noche a la mañana», dice.

Ruiz es autónomo, y mientras llegaba la ayuda su agonía aumentaba: «El primer pago me lo dieron a finales de abril, todo ese tiempo tuve que pedir ayuda a varias ONGs», afirma.

Tanto Guzmán como Ruiz coinciden en que «la segunda ola está siendo letal, más que la primera».

«Se suponía que estábamos muy preparados, el Gobierno sacó ayudas como el Ingreso Mínimo Vital y otras muchas, pero se acerca diciembre y aún seguimos igual», recalcan.

En el caso de Guzmán, las ayudas le han sido denegadas: «Me negaron el Ingreso Mínimo Vital porque tengo patrimonio, es decir, un piso, en un barrio humilde de Málaga, cuya hipoteca no pagué durante cinco meses porque no podía. Me parece vergüonzosos. Parece que si vives en una casa digna ya eres rico», denuncia.

Cruz Roja y Cáritas

Tanto Ana como José han sido de ese 75 por ciento de personas que han tenido que acudir a Cruz Roja por primera vez. La actividad de esta organización se ha multiplicado por cinco desde marzo.

Durante la pandemia, Cruz Roja elaboró un plan llamado: Cruz Roja Responde, dirigido a ayudar a para las personas en situación de vulnerabilidad y población general.Durante los primeros seis meses, la organización atendió a 29.549 personas.

Un plan concreto de actuación y respuesta para los próximos que pretende alcanzar a más de 1,350.000 personas con un presupuesto estimado de 11,000.000 €, al que podrá sumarse a todo aquel que quiera contribuir.

La organización atendió en dos meses a un 120% más de personas que durante todo el año 2019 y vio como aumentaba en un 44% de los demandantes que acudieron a la institución por primera vez durante esos meses.

El perfil de los demandantes más abundantes responde a personas de mediana edad, entre 35 y 65 años, afectados por el desempleo, un ERTE o trabajo de economía sumergida.

En esta segunda ola Cruz Roja trabaja en otro plan de ayuda. La asociación , dentro de la segunda fase del Programa 2020 de Ayuda Alimentaria, va a repartir en la provincia de Málaga 803.602 kilos de alimentos a asociaciones, ayuntamientos y asambleas locales durante los próximos dos meses. este Programa, será cofinanciado en un 85 por ciento por el Fondo de Ayuda Europea para las Personas más Desfavorecidas (FEAD).

Gracias a estas reparticiones muchas familias como es el caso de Ana y José podrán subsistir un par de meses más: «Estoy muy agradecido a estas ayudas. Pero ojalá mi situación cambie», asegura Ruiz.

Tanto Guzmán como Ruiz auguran "un futuro negro e incierto": "Veo que la situación se va complicado mucho, ahora mismo no tengo esperanzas de que esto mejore hasta dentro de un par de años".

«Nos va a costar remontar, pero siempre tenemos que tener esa pequeña esperanza de que todo volverá a la normalidad algún día», espera José Ruiz.