La batería de restricciones y medidas puestas en marcha desde el inicio de la pandemia del coronavirus por los poderes públicos con el fin de reducir el número de contagios comienza a ser inabarcable: desde las reducciones y topes en aforos de comercios, restaurantes y negocios hosteleros al uso diario y obligatorio de la mascarilla en la calle y en lugares cerrados, la prohibición de concentraciones de más de un determinado número de personas, que oscila según las comunidades, hasta el hecho de que se haya impedido en Andalucía, en virtud de una decisión de la Junta tomada a mediados de agosto y que entró en vigor el día 17 de ese mes, fumar en la vía pública o en otros espacios al aire libre siempre que no se respeten los dos metros de separación interpersonal.

Por este último motivo, la Policía Local de Málaga ha interpuesto desde el 17 de agosto al 31 de octubre (fecha de los últimos datos disponibles en el cuerpo policial) un total de 565 sanciones en la capital a malagueños por fumar en espacios inadecuados al no poder respetar la distancia de seguridad.

En agosto, fueron sancionadas 134 personas, 218 recibieron sus respectivas multas en septiembre y 213, en octubre. Las multas de noviembre aún no se han incorporado al sistema informático de la Policía Local.

¿Qué es lo que dice el decreto de la Junta por el que se prohibió fumar? El texto exacto es el siguiente: «No se podrá fumar en la vía pública o en espacios al aire libre cuando no se pueda respetar una distancia mínima interpersonal de, al menos, dos metros. Esta limitación será aplicable también para el uso de cualquier otro dispositivo de inhalación de tabaco, pipas de agua, cachimbas o asimilados, incluidos cigarrillos electrónicos o vapeo».

En el mismo decreto, publicado por el Boletín oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) a mediados de agosto, cuando comenzaba a conformarse la segunda ola nacida de la acelerada desescalada, se señala que «la literatura científica demuestra que durante la exhalación forzada en el consumo de tabaco se expelen aerosoles respiratorios y gotitas que podrían ser capaces de resultar infectivas, es decir, que el uso del tabaco y productos asociados como vapeadores o cachimbas podría multiplicar la capacidad infectiva de una persona».

De hecho, continúa la Junta en el citado decreto, la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó el 2 de julio de 2020 un posicionamiento en relación con el consumo de tabaco y relacionados durante la pandemia por el Covid-19, en el que se subraya que, según expresaron la Organización Mundial de la Salud y las sociedades científicas y entidades relacionadas, «son riesgos asociados al acto de fumar y vapear la manipulación de la mascarilla de protección y el contacto repetitivo de los dedos con la boca tras tocar productos o utensilios que podrían actuar como fómite (transmisor inanimado) del virus, la expulsión de gotitas respiratorias que pueden contener carga viral».

Las acciones a este respecto suelen ser castigadas como infracciones leves, es decir, con multas que van desde los 100 a los 3.000 euros, ya que se pone en riesgo hasta a 15 personas con esta actividad. De cualquier forma, las evidencias sobre la relación entre fumar y la progresión del Covid-19 demuestran que las personas fumadoras tienen un riesgo 1,45 veces más alto de desarrollar los síntomas de una forma grave que las personas no fumadoras, según ese acuerdo.

El secretario general de la asociación SOS Médecins (un servicio de emergencias médicas francés), Serge Smadja, a través del Twitter de la emisora estatal francesa FranceInfo detalló en agosto el peligro de fumar en tiempos de pandemia: «Si lo que sale del aparato respiratorio del paciente (que tiene coronavirus) es lanzado a las vías respiratorias de la persona que está enfrente, existe un riesgo (de contagio)».

De cualquier forma, numerosas asociaciones médicas y sanitarias llevaban años pidiendo un endurecimiento de la Ley Antitabaco para extender sus prohibiciones y hay algunos expertos que han reclamado que esta prohibición, que ha venido motivada precisamente por la regulación contra la proliferación del Covid-19, siga vigente una vez se haya superado la pandemia.

En torno al 2% de los españoles afirma que fuma todos los días. El tabaco, por otro lado, causa cada año 50.000 muertes en el país, según informa el portal Consalud.es.