Patrimonio

El edificio de Lamela ya está oficialmente protegido por la Junta

El BOJA recogió la orden de Cultura de proteger el inmueble residencial ‘Melilla 31’ de La Malagueta

El edificio de Antonio Lamela en La Malagueta ya está definitivamente protegidoO

El edificio de Antonio Lamela en La Malagueta ya está definitivamente protegidoO / Gregorio Marrero

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía recogió el pasado día 5 la orden del 25 de febrero de la Consejería de Cultura por la que inscribe el edificio residencial de la Malagueta ‘Melilla 31’, del paseo marítimo Ciudad de Melilla, 23, obra del arquitecto madrileño Antonio Lamela, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como bien de catalogación general.

Como en su día adelantó La Opinión, la protección se lleva a cabo tras la movilización en 2019 de vecinos y entidades como el Colegio de Arquitectos de Málaga, la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo o el arquitecto Carlos Lamela, hijo del autor del inmueble, al conocer que las obras de reforma en el edificio incluían demoler el portal original por decisión de la comunidad de propietarios, que no apreciaba su valor arquitectónico ni patrimonial.

Aunque en un principio se reclamó la protección del portal, finalmente la Consejería de Cultura decidió proteger al completo este edificio de 16 plantas.

El inmueble fue construido entre los años 1967 y 1971 por Antonio Lamela Martínez (1926-2017), autor de obras como la ampliación del estadio Santiago Bernabeu y las Torres de Colón de Madrid o la urbanización Playamar de Torremolinos.

La orden de Cultura publicada este mes en el BOJA destaca del inmueble que «en su conjunto, todo el edificio es depositario de una arquitectura culta, a caballo entre la sencillez del racionalismo y un refinamiento plástico inusual en este periodo, dando como resultado un conjunto de viviendas de gran elitismo conceptual que ha permanecido bastante inalterado hasta nuestros días»

Y del portal que iba a ser demolido, señala su relevancia al tratarse de «un ejemplar único» en el que el arquitecto ha conseguido «unos espacios de gran calidad arquitectónica y ambiental», gracias a su diafanidad, el empleo de módulos de material cerámico, el mobiliario integrado, el uso de la madera en color natural e interesantes juegos de iluminación directa e indirecta.

Precisamente, al hilo de esta iniciativa, el Colegio de Abogados de Málaga y el arquitecto y académico Ángel Asenjo, en representación de la Academia de San Telmo, abogaron por comenzar a proteger la arquitectura contemporánea de Málaga.