No han dado las doce de la noche cuando un goteo de coches constante, con matrículas españolas y extranjeras, empieza a parar en doble fila en las puertas de La Noria, instalaciones que la Diputación de Málaga ha puesto a disposición de las refugiadas que llegan de Ucrania escapando de la invasión rusa.
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Son familiares y conocidos de algunas de las 47 mujeres refugiadas que han atravesado el corazón de Europa junto a sus hijos en un autobús que, tras casi tres días de viaje, las ha llevado desde Cracovia (Polonia) hasta Málaga, con una parada para dormir en un hostal de Francia. Todo ello costeado por el empresario y coleccionista malagueño, Vicente Jiménez Ifergan, que sigue en tierras polacas gestionando la salida de más refugiadas.
Fleta un autobús con 47 plazas para trasladar refugiados ucranianos a Málaga
Quienes no tienen conocidos en la capital pasarán la noche en dependencias de la ONG CEAR que, junto a Cruz Roja y la asociación Maydan y miembros de la Diputación de Málaga, entre ellos, el presidente, Francisco Salado, han venido a recibirlas.
“Tenemos mucha gente de Ucrania que quiere ayudar. No vamos a dejar a esta gente sola”, afirma Myroslava Prokopchyk, de Maydan. “Creo que lo primero que necesitan es cariño”.
Son todas mujeres -el varón más mayor que las acompaña tiene 17 años- que han dejado a sus padres, hermanos y maridos en edad de combatir en su país. Todas ellas tuvieron que pasar 12 horas en la frontera para cruzar de Ucrania a Polonia con sus hijos e hijas.
Junto a estas mujeres viajaba Galina Ganushchak, que lleva viviendo en Málaga más de 15 años. Cuando la guerra estalló, su hija Alina Tserkvnyak de nueve años estaba en Ucrania por lo que esta madre no dudó en coger un billete e ir a por ella, aunque finalmente acabó volviendo con casi medio centenar de personas.
“Ahora estoy feliz. He salido de Ucrania y he sacado a mi hija de la guerra. Ya puedo vivir tranquila”, explica Galina, tranquila y sonriente, ante una masa de medios de comunicación arremolinados ante ella.
Cuenta esta ucraniana en perfecto español que el viaje ha sido duro, con casi una veintena de niños pequeños cansados y asustados, pero los sentimientos que afloran después del largo viaje es de alivio.
Se cumplen 12 días de la guerra entre Rusia y Ucrania, con casi dos millones de refugiados. Las palabras de Galina confirman que estas personas son las primeras de muchas que llegarán a Málaga buscando un lugar seguro: “Hay mucha gente en Ucrania que quiere ir a cualquier sitio. Salir de su país”.