Rafael Salinas: el compromiso obrero

«Algunos de mis tíos abuelos sí lo conocían en vida. Cuando venía a Málaga iba a casa de su hijo en calle Huerto de Monjas y se escondía en un cuartillo», comenta esta semana Francisco Salinas, tataranieto de Rafael Salinas Sánchez, cuya memoria lleva reivindicando desde la adolescencia. 

La figura de este tonelero del Perchel -el barrio por excelencia de las tonelerías- nacido en calle Don Íñigo el 21 de junio 1850 está muy unida a un tipógrafo coruñés de su misma quinta, Pablo Iglesias, el más conocido entre los fundadores del PSOE y la UGT, con quien además compartió en un par de ocasiones candidatura por Málaga en las elecciones generales. No es exagerado decir que el tonelero fue el Pablo Iglesias de la provincia de Málaga y de buena parte de Andalucía en los años de gestación del socialismo en nuestra región. 

El reciente estudio publicado por la UMA ‘Rafael Salinas y los primeros socialistas malagueños’, (2020) de Manuel Morales Muñoz rescata la larga e intensa trayectoria de compromiso obrero de este hijo de tonelero que a los 12 años ya empezó de aprendiz de su padre y llegaría a oficial.  

Desde joven formó parte de colectivos obreros como la Sociedad Fraternal de los Trabajadores o la Federación Local de la Asociación Internacional del Trabajo en una Málaga industrial pero también convulsa, en la que los sueldos de los trabajadores eran muy bajos y las jornadas de 14 horas no constituían ninguna excepción. 

De hecho, en 1874, tras el fin de la I República y con la llegada de la Restauración monárquica, la persecución de las organizaciones obreras obliga a Rafael Salinas a emigrar dos años a Cuba, donde trabajó en la construcción de una línea férrea. 

Unido a Isabel Díaz, viuda de un compañero, con quien tuvo seis hijos, en 1878 se trasladó a Valdepeñas, donde organizó a los toneleros del pueblo manchego, al igual que años más tarde haría en Jerez. En 1882 funda la Sociedad de Toneleros, para defender un colectivo amenazado por la mecanización y la importación de barriles extranjeros. Fue precisamente una huelga en defensa de las reivindicaciones de sus compañeros la que le llevará entonces a pasar siete meses en la cárcel. 

Dos años más tarde, tras un breve paso por Almería, con otros compañeros crea en su ciudad natal un Ateneo Obrero, germen de la Agrupación Socialista Malagueña, que nacería en 1885, la quinta más antigua de España. En 1888 se crea en Barcelona la UGT, que Salinas ayudaría a implantar en Andalucía. 

En 1890 tuvo un primer encontronazo con la Casa Larios al apoyar la huelga de tejedoras de la Industria Malagueña, en protesta por la rebaja de salarios. 

Como detalla Manuel Morales Muñoz en su obra, el roce mayor lo tuvo con Carlos Larios y Martínez, marqués de Guadiario y dueño de la fábrica de La Aurora, «a quien Rafael Salinas acusaba de querer convertir a sus obreros en siervos». Carlos Larios terminó presentando una querella por injuria y calumnia contra Salinas. 

El socialista y sindicalista malagueño también intervino en apoyo de la cruenta huelga de la Industria Malagueña de 1894. Tanto Rafael Salinas como Pablo Iglesias acabaron en la cárcel de Málaga. 

Y eso que, con el reconocimiento del sufragio universal en 1891 tanto Iglesias como Salinas habían sido candidatos socialistas por Málaga en las generales de ese año y en 1893, ocasión que el malagueño aprovechó para denunciar la compra de votos y las presiones a los obreros del Puerto y a los de la Casa Larios.

La ruina por la epidemia de la filoxera y su señalamiento como líder obrero obligaron al tonelero a emigrar a Brasil, Argentina, Inglaterra y Bélgica en busca de trabajo. 

A Salinas le dio tiempo, poco antes, de propiciar la creación de la Sociedad Instructiva y recreativa ‘La Unión Social’, de instrucción y apoyo a los trabajadores, dentro del ideario socialista. 

La labor de concienciación obrera del perchelero también se extendió al campo: En los comienzos del siglo XX sería presidente de la nueva Federación Agrícola Andaluza. En 1903, por cierto, publicó el folleto ‘Obligado por la burguesía’, en el que deja constancia de sus ideales, incluida «una revolución sobre cuya inestabilidad no tenía dudas», detalla el libro sobre Salinas y los primeros socialistas malagueños. 

De 1905 es un informe, a raíz de una visita a la Industria Malagueña con su compañero Antonio Valenzuela, en el que denuncian el alto número de accidentes laborales, el incumplimiento del descanso los domingos y la permisiva contratación de menores.  

Elegido concejal

No será hasta 1913 cuando Rafael Salinas sea elegido concejal del Ayuntamiento de Málaga. Durante su paso por el Consistorio reclamará mejoras para el barrio obrero del Bulto, denunciará el pésimo estado de la cárcel provincial y pedirá el fin de la Guerra Marruecos (con el estallido de la I Guerra Mundial, estará con los aliados). 

El 8 de enero de 1919, a los 69 años, falleció en su casa de la Alameda de Capuchinos por «debilidad senil». Fue enterrado en el patio civil del Cementerio de San Miguel.

El 21 junio de 2000, 150 aniversario de su nacimiento, la Diputación de Málaga le nombró Hijo Adoptivo de la Provincia. 

A finales de 2022, gracias a las gestiones del alcalde Francisco de la Torre -según informa su tataranieto- sus restos fueron realojados en un nicho junto a otros malagueños célebres. Están a la espera de descansar definitivamente bajo un futuro monolito -encargado al escultor Andrés Montesanto- que erigirán los socialistas malagueños en San Miguel. Desde hace años, sus compañeros de partido lo homenajean cada aniversario de su muerte en el camposanto, en recuerdo de su figura. 

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