Entrevista | Anabel Salazar Doctora especializada en Obstetricia y Ginecología

«Un 30% de nuestras pacientes intentan ser madres por encima de los 40 años»

Anabel Salazar, directora de IVI Málaga, ha presidido la X edición del Congreso Internacional sobre Medicina Reproductiva de IVIRMA, que tuvo lugar entre 20 y el 22 de abril en Málaga y que reunió a más de 1.500 especialistas de 57 nacionalidades para tratar los temas más relevantes del sector que marcarán el futuro de la reproducción asistida

La doctora Anabel Salazar durante el X Congreso Intenacional de IVIRMA | LA OPINIÓN

La doctora Anabel Salazar durante el X Congreso Intenacional de IVIRMA | LA OPINIÓN / arancha tejero. Málaga

Arancha Tejero

Arancha Tejero

En 1978 años nacía Louise Brown, la primera persona concebida por fecundación in vitro. Hoy, 45 años después, se habla de la posibilidad del rejuvenecimiento ovárico o de crear espermatozoides artificiales. Una ventana llena de posibilidades para el casi millón de parejas españolas en edad reproductiva que tienen problemas de infertilidad, según la Sociedad Española de Infertilidad, y que acuden a las clínicas de reproducción asistida para cumplir con su ideal de poder formar una familia, siendo Málaga una de las ciudades de referencia para ello.

¿Cuáles son las últimas novedades en el sector que se han presentado en esta décima edición del congreso?

El congreso ha tenido una agenda bastante científica y, aunque pueda parecer muy futurista, se presentaron investigaciones sobre la creación de nuevos espermatozoides y embriones artificiales o de inteligencia artificial aplicada a los procesos de reproducción asistida para hacer una mejor selección embrionaria. Aunque hay que aclarar que son trabajos de investigación que se hacen a nivel científico y que no tienen, de momento, aplicabilidad en las clínicas.

El último año aumentó en un 30% la congelación de óvulos en las clínicas

Suena por completo a ciencia ficción, sobre todo el tema de los espermatozoides y embriones artificiales...

La idea es que esas células nos puedan servir a futuro para poder obtener tejidos para trasplantes o para poder utilizarlos en investigación básica en lugar de tener que emplear embriones de animales. A día de hoy no es una técnica que sea realista, pero el punto está en intentar avanzar y seguir investigando para comprobar si los espermatozoides podrían ser creados a partir de células madre.

¿Han notado un incremento de pacientes aquí en su clínica de Málaga?

Desde que abrimos en 2014, todos los años hemos crecido en volumen de pacientes. Incluso durante la pandemia. Los programas de fertilidad son fundamentales, el hecho de no poder crear una familia es una cuestión vital para las personas. En 2022, nosotros pudimos tratar a más de 700 parejas. Además, cada vez vienen más pacientes internacionales a hacer tratamientos a Málaga por la buena conexión que tiene a través del aeropuerto y por ser una ciudad abierta con muchos alicientes para aquellas personas de otros países donde estos tratamientos no son posibles. En nuestro caso, normalmente tenemos siempre un 20% de parejas que vienen de otros países.

¿Y cuál suele ser el perfil de las parejas que acuden?

La media de edad suele estar rondando los 38 años. Un 30% de nuestras parejas tienen más de 40. Y luego también nos encontramos con muchas mujeres con endometriosis, una enfermedad que es benigna, pero que produce infertilidad en un 50% de los casos. El diagnóstico es difícil pero, por suerte, cada vez recibimos a más mujeres con este perfil porque existen más unidades de endometriosis en los servicios de ginecología para diagnosticarla.

A principios de este mes la OMS alertó sobre el “problema de salud pública” de la infertilidad que afecta a 1 de cada 6 personas en el mundo. ¿Es la infertilidad la nueva pandemia?

Nosotros esos datos los sabemos desde hace muchísimo tiempo y no sé si compararla a otras pandemias, pero sí es verdad que si no tomamos algunas medidas vamos a tener un serio problema, al menos en España, de reemplazo generacional. Para que haya reemplazo necesitamos tener un ratio de 2,1 de niños por pareja y estamos en 1,8. Hay muchas parejas que quieren tener hijos pero, debido a la dificultad para alcanzar una estabilidad, están retrasando la maternidad hasta el punto que, a día de hoy, las mujeres españolas son las que más tarde empiezan a buscar el primer hijo en Europa, habitualmente con 32 o 33 años. De hecho, un 30% de las mujeres que vienen a las clínicas están intentando ser madres por encima de los 40 años.

¿Entonces la solución para solventar el problema generacional pasa en parte por la reproducción asistida?

Hay dos lecturas de esto. Una es que hay personas que no quieren tener hijos y eso los centros de reproducción no podemos cambiarlo. La segunda es que, si la edad más fértil son los 25 años, pero la gente retrasa la maternidad hasta los 40 por la dificultad para lograr la estabilidad laboral o el acceso a la vivienda, lo máximo que podemos hacer es que congelen sus óvulos a una edad en la que todavía tengan una buena calidad. Aunque eso no te garantiza que vayas a ser padre a futuro, porque estamos congelando óvulos no estamos congelando la fertilidad.

La doctora Anabel Salazar durnate el X Congreso Intenacional de IVIRMA | LA OPINIÓN

La doctora Anabel Salazar durnate el X Congreso Intenacional de IVIRMA | LA OPINIÓN / arancha tejero. Málaga

¿Y las parejas están optando por esta opción?

El último año aumentó en un 30% la congelación de óvulos en las clínicas. En mi opinión, las mujeres deberíamos hacer una lista de cuáles son nuestras prioridades en la vida. Al final tienes que planteártelo como un proyecto más en tu vida, al igual que hay gente que invierte en hacer un máster o en irse al extranjero. De hecho, en la clínica tenemos a mucha gente que está opositando y se lo hace durante el proceso de estudio, por si luego es demasiado tarde. De esta manera, en caso de no lograr embarazarte de manera natural, puedes utilizar tus óvulos que tenías guardados por haber sido previsora y haber hecho los deberes a tiempo.

Y a la hora de poner sobre la mesa nuestras prioridades ¿existe un problema de conocimiento público sobre la reproducción humana?

Sin duda. Una de las cosas que más nos han llamado la atención es que, en las encuestas que hemos realizado en IVI, el 97% de las mujeres se piensa que el factor más importante por el que no se quedan embarazas es el estrés, cuando el principal factor es la edad, seguido de otras enfermedades ginecológicas, como, por ejemplo, la endometriosis, que la padece 1 de cada 10 mujeres; el ovario poliquístico o las enfermedades de transmisión sexual.

¿Cree que debería existir una edad límite para la maternidad?

Ahora mismo en España legalmente no existe una edad límite. Lo que sí hay es una barrera ética-profesional o un consenso de directrices que seguimos en los centros, que es la barrera de los 50 años. Cuanto más mayores somos, existe un mayor riesgo de patologías como la hipertensión, la diabetes, una mayor probabilidad de tener un parto prematuro o un bajo peso al nacer, lo cual va a repercutir en la salud de los recién nacidos. Al final, aunque podemos saltarnos muchos obstáculos, creo que esta es una barrera lógica desde el punto de vista médico.

Justamente el tema ético-médico ha estado en boca de todo el mundo por el caso de Ana Obregón y ha abierto un amplio debate sobre cuáles son los retos científicos y éticos a los que se enfrenta la reproducción asistida. Desde su punto de vista, ¿dónde están ahora mismo los límites de la ciencia y de la ética en la reproducción humana asistida?

Realmente en España tenemos la ley de reproducción asistida que es la que nos rige y por la que podemos hacer cualquier tipo de tratamiento menos, por ejemplo, la subrogación uterina, que es ilegal. Aunque el caso de Ana Obregón creo que tiene una doble lectura. Una cosa es la edad a la que una mujer puede ser madre, y creo que el límite de 50 años tiene un sentido ético-médico, y otro tema es la subrogación uterina. Hay mujeres que no tienen 50 años y que pueden llegar a necesitar una subrogación uterina porque hayan perdido el útero en una cirugía, hayan nacido con un problema de útero o porque por su salud no pudiera gestar... Tendríamos que tener la oportunidad para que fuese al menos una opción para esas mujeres.

Las mujeres españolas son las que más tarde empiezan a buscar el primer hijo en Europa

Se habla mucho de la infertilidad femenina, pero se calcula que un 40% de los problemas de infertilidad en la pareja proceden de la parte masculina, ¿a qué se debe que siga siendo la gran desconocida?

No es porque no tenga un tratamiento, pues está la fecundación in vitro. Por ahora, no existen hormonas, ni tratamientos médicos, ni pastillas que podamos dar a día de hoy a los hombres, igual que no podemos hacer que una mujer tenga más óvulos. Pero en lo que sí podemos actuar es en que la técnica de fecundación sea cada vez más eficiente. Realmente yo creo que es más desconocida porque sigue siendo algo más personal y privado de las parejas que no quieren decir que están haciendo fecundación in vitro por un problema del semen de mi pareja, porque sigue siendo un tema muy tabú en la sociedad. La gente no lo habla en el trabajo, vienen a la clínica haciendo muchas cuentas para no tener que dar muchas explicaciones a la gente de su entorno todavía. Y creo que lo tenemos que normalizar porque cada vez somos más las personas que nos hemos tenido que hacer un tratamiento de reproducción asistida.

Un estudio publicado el año pasado evidenciaba que la calidad del esperma de los humanos ha bajado a la mitad en el último medio siglo ¿se sabe a qué se debe este descenso?

Realmente no tenemos una causa clara, pero sí se sabe que los factores que influyen deben ser muy variados. Es muy difícil hacer un estudio que nos diga exactamente porque es. Pero el estilo de vida que llevamos tiene mucho que ver. Tanto el consumo de tabaco, alcohol, alimentación, contaminación ambiental y, probablemente, el estrés pueda influir, pero no hay uno de ellos que destaque sobre los demás. Luego, aunque los varones no tengan una fecha como las mujeres con la menopausia, si es verdad que a partir de los 55 también empiezan a tener una calidad espermática más baja. Por lo que, aunque no van a dejar de producir espermatozoides, no siguen teniendo la misma efectividad inseminal que los varones más jóvenes.

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