Entrevista | Luis Utrilla Presidente provincial de la Cruz Roja en Málaga

«Más de un tercio de los malagueños está en situación de vulnerabilidad»

Luis Utrilla es el presidente provincial de la Cruz Roja en Málaga, una organización humanitaria con más de medio centenar de programas y más de 6.000 voluntarios dispuestos a atender y ayudar a todo aquel que lo necesite

Luis Utrilla en el aeropuerto Pablo Ruiz Picasso, donde trabaja.

Luis Utrilla en el aeropuerto Pablo Ruiz Picasso, donde trabaja. / Álex Zea

Arancha Tejero

Arancha Tejero

El próximo 17 de mayo, en el Teatro del Soho Caixabank, tendrá lugar el acto de celebración del 150 aniversario de Cruz Roja malagueña, una institución humanitaria que desde 1873 lleva dedicándose a los más vulnerables. Su presidente provincial desde hace casi una década es Luis Utrilla, quien asegura que no es más que un simple eslabón de una gran cadena, dado que lo importante es la institución y todos aquellos que les han precedido desde 1873. Cruz Roja Málaga cuenta con un ejército de más de 6.000 voluntarios en la provincia en la que atendieron a más de 85.000 personas en el último año. Una organización centenaria que, según su presidente, ha sobrevivido al paso de los siglos gracias a «su capacidad de adaptarse en cada momento a las necesidades de la sociedad».

Málaga cada vez copa más los titulares nacionales e internacionales por su crecimiento económico, tecnológico, cultural… pero, ¿existe una cara oculta detrás de todo esto?

Hay una metáfora que siempre utilizo de que esto es la de la cara oculta de la luna. Cuando miramos a la luna miramos la parte bonita, la que luce y la que brilla, pero todo el mundo sabemos o intuimos que hay una parte oculta igual de grande, o a veces incluso más, que no vemos. En el caso de Málaga, los problemas de pobreza o de acceso a la vivienda son muy importantes ahora mismo. Estamos hablando posiblemente de que más de un tercio de la población está dentro de ese eufemismo que ahora llamamos vulnerabilidad o en riesgo de pobreza. La clase media, que ha sido el gran soporte de Málaga y de todas las ciudades de nuestro entorno, se inclina hacia el lado de la pobreza.

¿Y somos solidarios aquí en Málaga?

Yo creo que sí. Málaga siempre ha sido una ciudad de acogida y lo sigue siendo. Ahora mismo en la provincia contamos con más de 25.000 socios y más de 6.000 voluntarios, que son el alma de nuestra institución. Todo un ejército dispuesto a tender la mano al que lo necesita y estar ahí cuando alguien llama a nuestra puerta, ya sean inmigrantes, familias humildes, mayores, o mujeres con problemas de violencia de género. Tenemos más de medio centenar de programas que van desde el apoyo escolar hasta los refugiados, para los que tenemos dos centros permanentes abiertos en Málaga desde hace más de 25 años. Todo un abanico de intervenciones que de forma diaria se ejecutan, además de en la capital, en los 103 municipios de la provincia donde actuamos, especialmente durante la pandemia.

La guerra en Ucrania ha provocado la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué papel ha tenido Cruz Roja ante la llegada de refugiados a Málaga?

En Málaga hemos acogido a más de 1.600 refugiados y, en estos momentos, tenemos en torno a 600 personas atendiéndolas. La gran mayoría son mujeres y niños y están en distintos centros de atención, tanto en Málaga como en algunos municipios de la provincia, como Casarabonela o el Colmenar. Y nuestro trabajo con ellos, además de todo el apoyo emocional y psicológico que necesitan, es ver la manera de integrarlos en el ámbito laboral y social para que puedan lograr una independencia familiar a la vista de que el problema se ralentiza en el tiempo. Así que, además del apoyo idiomático, estamos buscando la manera de que puedan encontrar empleo, gracias a la ayuda de la Junta de Andalucía, de la Diputación y del Ayuntamiento, porque muchos cuentan ya con grandes habilidades profesionales.

Luis Utrilla, presidente provincial de Cruz Roja Málaga. | ÁLEX ZEA

Luis Utrilla, presidente provincial de Cruz Roja Málaga. / Álex Zea

Mencionaba antes la pandemia ¿cómo la afrontaron desde Cruz Roja?

Era una realidad que desconocíamos y el principal problema que tuvimos, al igual que toda la sociedad, fue la incertidumbre de no saber a qué nos enfrentábamos. Pero se nos asignó el papel de estar en la calle y pusimos a 1.200 voluntarios para llevar medicamentos o alimentos a los hogares, y para ayudar en el traslado de enfermos a los hospitales. Después, vino la parte de recuperación económica y, gracias al apoyo del Ayuntamiento y de la Junta principalmente, pusimos en marcha las tarjetas monedero que han sido la gran solución para decenas de miles de familias en la provincia, pues con ellas hemos repartido más de 2 millones de euros. Ahora, aún nos queda superar la factura psicológica y emocional de la pérdida de vidas humanas y de todo el sufrimiento y sacrificio que supuso la pandemia.

Termina la pandemia, pero llega la inflación y la subida de precios, que se nota especialmente en los alimentos, ¿han notado un aumento del número de familias que acuden a vosotros en situación de vulnerabilidad?

Desafortunadamente sí. La demanda de alimentos que pensábamos que estaba ya superada a finales del siglo XX, hemos visto cómo se reactiva otra vez. En nuestro caso, estamos repartiendo más de dos millones de kilos de alimentos al año a través de una treintena de municipios y de casi medio centenar de entidades sociales que colaboran con nosotros. También hemos detectado un incremento notable de petición de apoyo a lo que llamamos ahora la ‘pobreza energética’, que son esas familias que ahora mismo no pueden pagar la luz o el agua a final de mes.

¿Y han notado en los últimos años un cambio de perfil de las personas que solicitan vuestra ayuda?

En las últimas décadas sí que ha habido un cambio sustantivo. Nos ha sorprendido que hemos pasado de las familias humildes, que siempre han tenido problemas estructurales, a lo que llamamos «trabajadores pobres», es decir, familias estructuradas, integradas y con trabajo, pero que tienen problemas para llegar a final de mes. Ese ha sido el gran cambio sociológico de las últimas dos décadas. Familias totalmente normalizadas, pero que tienen muchos problemas para pagar el alquiler, la energía o poder mantener con dignidad la vida de su familia.

¿A cuántas familias ayudan en Málaga?

En 2022, atendimos a más de 85.000 personas en la provincia.

Luego están también las personas mayores y el problema de la soledad no deseada, ¿cómo luchan contra ella desde la Cruz Roja?

Para nosotros el tema de la soledad tiene dos vertientes. Una es la tradicional, asociada a las personas mayores que, evidentemente, es importante, pero al mismo tiempo no lo es tanto, porque, según los últimos datos y estadísticas que nos llegan, en la población entre 15 y 25 años, es decir jóvenes y adolescentes, el nivel de sensación de soledad empieza a superar al de los mayores. La soledad no es un ser, ni un estar, la soledad es un sentir, y ese sentimiento de soledad en los jóvenes está creciendo de manera preocupante. Muchas veces por culpa de los estereotipos apuntamos a sitios donde no está el problema.

«Nos preocupa el incremento de la soledad en los jóvenes que empieza a superar al de los mayores»

Entonces en el caso de las personas mayores, ¿cuál es vuestra principal preocupación?

Lo que más nos preocupa, y en lo que más estamos trabajando, es primero en conocer cuáles son realmente sus necesidades. Pero, sobre todo, lo que queremos lograr con ellos es la integración plena. No queremos que haya viajes para mayores, residencia para mayores, actividades para mayores... nosotros lo que queremos es que haya actividades para las personas, viajes para las personas, etc., es decir, una integración total. Hay que pensar que desde principios de siglo hasta el año 2022, el porcentaje de mayores de la provincia de Málaga ha crecido un 20%. Hace dos décadas representaban el 30% de la población, hoy ya son un 50% de la misma. Por lo tanto, no podemos diseñar una sociedad en la que la mitad de la población se quede al margen de las decisiones políticas, de la participación social o cultural.

Además de la integración, ¿qué otros retos tienen para los próximos años?

Para nosotros, el reto que ahora mismo tenemos por delante, aunque suene un poco discordante, es el empleo. Tenemos que trabajar, y estamos en ello, en ampliar nuestros planes de promoción al empleo al mayor número posible de personas porque consideramos que es una de las claves para que el resto de problemas sociales puedan minimizarse. Tenemos que poner el énfasis en la formación y en la colaboración con las empresas, ahora mismo más de 150 colaboran con nosotros, lo cual es un enorme tesoro para nosotros como asociación. Queremos ampliar los planes de empleo e ir más allá del ámbito de servicios, en el que ahora mismo trabajamos, para llevarlos también al ámbito agrícola o al forestal. Otros ámbitos que normalmente dejamos atrás y que puede ser la clave para que el resto de problemas se puedan, si no resolver, por lo menos minimizar.

El 3 de mayo presentan en el Ateneo el libro de la historia de Cruz Roja, ¿qué nos vamos a encontrar en él?

Lo que pretendemos con el libro es, primero, agradecerles a los miles de malagueños que nos han precedido la labor que han hecho, porque estamos aquí gracias a ellos, y muchas veces se nos olvida como sociedad. Y luego trasladarle también a la gente nuestro agradecimiento por el apoyo, porque nosotros somos la sociedad malagueña, no venimos de fuera. Y, en tercer lugar, mandarle un mensaje de ilusión y de esperanza a la sociedad. Decidle: «mirad, estamos aquí, llevamos este tiempo y queremos seguir estando, atendiendo los retos que la sociedad malagueña tenga sea cuales sean». Por eso, en el libro, una de las cosas que recogemos es la importancia del cambio. Cómo hemos sido capaces de ir cambiando, adaptándonos a lo que la sociedad malagueña necesitaba en cada momento.

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