Entrevista | José Carlos Escribano Presidente de la Cámara de Comercio de Málaga

«Málaga tiene que consolidar su crecimiento con más empresas exportadoras y de mayor tamaño»

«El turismo ha sido el motor del modelo económico de Málaga, y ahora podemos mejorarlo con otros sectores»

«La sequía nos preocupa, pero tenemos instrumentos para que sea un reto temporal»

El presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, José Carlos Escribano.

El presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, José Carlos Escribano. / Álex Zea

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

José Carlos Escribano, es desde hace un mes y medio el nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Málaga. Consejero delegado de la cadena ML Hoteles (propietario de los hoteles Yaramar y Ángela, en Fuengirola), Escribano es un empresario curtido en el asociacionismo empresarial: fue presidente de la patronal hotelera malagueña Aehcos y de la federación andaluza Fahat, y actualmente preside el Consejo Empresarial de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). También ha sido estos cuatro últimos años vicepresidente de la Cámara, una institución que ahora encabeza tras unas elecciones que tuvieron un desenlace ciertamente sorpresivo, ya que Sergio Cuberos renunció a última hora como candidato de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) por discrepancias en la confección de la lista. Su lugar fue cubierto por Escribano que, en esta entrevista con La Opinión de Málaga, habla de sus objetivos al frente de la institución en esta nueva etapa.

¿Con qué retos encara estos cuatro años de presidencia?

Los retos en la Cámara siempre han sido claros, pero queremos hacer hincapié en la formación empresarial y profesional; la apuesta por la innovación y la digitalización; la internacionalización de las empresas malagueñas; la creación y consolidación de nuevas empresas; y la sostenibilidad. En definitiva, se trata de ser útil al tejido empresarial de Málaga. También hay un concepto a potenciar: la provincialización. La Cámara tiene presencia en la provincia, pero debe ser reforzada para que el empresario pueda usar los servicios y las oportunidades que ofrece. Y queremos impulsar la comunicación. La Cámara hace una labor intensa, pero falta quizás proyectarla más al exterior, porque será la mejor manera de llegar al tejido, a las empresas, a las pymes, a los autónomos de la provincia.

Las exportaciones van a cerrar 2023 con un nuevo récord de ventas y de empresas que exportan de forma regular, pero se necesita más ¿Cómo debe la Cámara ayudar en este campo?

Hay un caldo de cultivo en Málaga por filosofía, por ADN y también por conocimiento. Las exportaciones de la provincia en 2023, a falta del dato de diciembre, han aumentado un 12% y rozan los 3.000 millones. Y hay un dato más subyacente que nos da consistencia: se incrementa casi un 3% el número de empresas que llevan más de cuatro años exportando, que ya son más de 1.050. Tenemos que fortalecer, primero, que las empresas opten por la internacionalización ; pero también trabajar para que se consoliden en el tiempo, que no sea flor de un día. Y trasladarles el conocimiento de internacionalizar. El comercio exterior en sí mismo tiene unos conceptos que hay que fomentar y enseñar. Esa es la labor de la Cámara. Ahora mismo, en el tema de internacionalización, estamos en crecimiento, y eso hay que consolidarlo con más empresas exportadoras que se asienten en el tiempo.

¿Es más complicado para una pequeña empresa? Málaga es una provincia de pymes.

Tiene un tejido muy atomizado. A la hora de elaborar estrategias, hay que asumir esa realidad de Málaga y Andalucía. A las pymes, por lo tanto, hay que potenciarlas, ayudarlas, pero también tenemos que crear mecanismos para que el tamaño medio de las empresas crezca y lo haga así también el peso de la economía regional. Málaga, como punta de lanza de la economía, debe avanzar en ir aumentando el tamaño de sus empresas locales. Hay grandes empresas de fuera que han apostado por Málaga (pienso, por ejemplo, en los casos Google o Vodafone en el ámbito tecnológico), con lo que ese ecosistema internacional nos está llegando cada vez más.

En un mercado tan global, ¿hay opciones entonces?

Hay oportunidades, y más con la globalización. Se ha socializado la logística y cualquier producto llega a todas partes. El consumidor de una empresa ya no es sólo el que está en la manzana de al lado o en el pueblo más cercano. Es un consumidor a nivel mundial. Lo que sí hay que saber es diseñar un producto interesante, a un precio competitivo, y evidentemente trabajar en aquellos mercados donde ese producto tenga aceptación.

José Carlos Escribano, en su despacho de la Cámara de Comercio de Málaga.

José Carlos Escribano, en su despacho de la Cámara de Comercio de Málaga. / Álex Zea

La Cámara siempre ha organizado misiones comerciales con empresas malagueñas para visitar países y abrir mercados.

Sí. Hubo una cierta reducción del número de acciones por la pandemia, pero en este tiempo la Cámara ha hecho una labor impecable de apoyo a las pymes. Ha sabido pasar ese gran bache con solvencia y ayudando al tejido empresarial. Estamos trabajando ya en el plan cameral de 2024 porque en el ADN de las cámaras están las misiones de comercio exterior para abrir mercados. En unas semanas tendremos ya perfilado el plan y pienso que iremos, entre otras zonas, a Oriente Medio, a mercados europeos que están menos trabajados como los países nórdicos, o a Sudamérica, que es un foco interesante para las empresas agro malagueñas.

La Cámara presentó el año pasado la iniciativa Hub Málaga Export ¿cómo marcha ese proyecto y cuál es su filosofía?

Hoy en día, en el campo de las exportaciones, aparte del talento, el conocimiento y la inversión, también hace falta una plataforma digital. La pusimos en marcha y ya tenemos a más de 20 empresas trabajando en ella. No sólo sirve para hacer networking entre ellas, sino que da opciones para facilitar a otras empresas que se incorporen a la exportación. El objetivo es duplicar este año el número de integrantes y acercarnos, al menos, en las 50.

Una gran amenaza para la economía malagueña es el problema de la sequía.

Evidentemente, es un tema que está en primera línea de gestión. Es algo que nos ocupa y nos preocupa. Estamos colaborando con las distintas administraciones, poniéndonos su disposición para buscar soluciones. La sequía puede tener un efecto directo en el mundo agroalimentario y en otra industria importante, la turística, que puede verse afectada. Pero hay que ser prudentes, en general, con los mensajes. Debemos apostar por un equilibrio en el consumo del agua y transmitir que somos un destino turístico sostenible y, por lo tanto, que sabe gestionar los recursos. Los mercados turísticos son muy sensibles a ciertos mensajes negativos. No se trata de dar la espalda a la realidad, pero creo que ahora mismo tenemos instrumentos en la mano para que la sequía sea un reto temporal. Nos consta que la Junta de Andalucía está llevando a cabo acciones con líneas presupuestarias para combatir la sequía. Es momento de aunar esfuerzos. Es algo que afecta a todas las industrias productivas, aunque el sector agro y el turístico sean, en principio, los que pueden sufrir más. Y vaya por delante que lo principal es el servicio a la población malagueña, los que vivimos aquí, aunque luego exista esa derivada empresarial.

¿La apuesta por las desaladoras puede ser la vía más factible en el caso de Málaga?

Teniendo el mar aquí al lado, yo creo que es parte de la solución. No toda, pero sí parte. Hay que apoyarse también en estos temas en el conocimiento de los expertos, de las universidades. En Almería, por ejemplo, se ha hecho una gran gestión. Es un territorio con un gran déficit de agua, pero son pioneros de la industria del invernadero, con una gestión muy eficiente de los recursos. Hay soluciones técnicas, por ejemplo, para optimizar canalizaciones.

¿Málaga debe modificar su modelo productivo, tal y como piden los sindicatos? Dicen que el empleo del turismo y los servicios es más temporal.

El modelo turístico ha sido el motor del modelo económico de Málaga, afortunadamente. En épocas de crisis siempre ha sido la palanca de recuperación. Y ha contribuido a la innovación y a la mejora tecnológica. Lo que hay que hacer con ese modelo, del que somos líderes en Andalucía e incluso a nivel mundial, es mejorarlo. Bienvenidos sean todos los sectores que contribuyan a crear tanta riqueza y empleo como lo hace el turismo, cuyo propio modelo también está en evolución. Porque vamos hacia un turismo de oferta más amplia y sostenible, donde priman las experiencias. Y eso el mercado lo está sabiendo reconocer. El turismo en Málaga es un modelo de referencia. Y hay capacidad en la provincia para que otros sectores también sean líderes.

¿El reto de las empresas es recuperar sus índices de rentabilidad? Se ha vuelto a los niveles de ventas previos a la pandemia, pero los costes han subido mucho por la alta inflación.

Efectivamente. La rentabilidad debería moverse este año en unos términos aceptables para contribuir a la sostenibilidad de las empresas y a la riqueza de Málaga. Es cierto que, en ciertos sectores, los ingresos se han incrementado pero también lo han hecho los costes. Es una realidad. Han subido los costes financieros, los costes de compra de materias primas, etc. El escenario de 2024 debería dejarnos una normalización de la rentabilidad de todos los sectores económicos.

El comercio local afronta grandes retos. Tiene la competencia de las grandes superficies, de las cadenas franquiciadas y de la venta on line.

Es un sector que está en constante evolución. Le ha influido de manera determinante la globalización, la digitalización o las compras online pero también es verdad que aparecen ventanas de oportunidad: tiene el factor de cercanía, la oferta específica o su papel de consultor. No se trata sólo de vender, sino de aconsejar la compra del cliente. Creo el factor humano del comercio tradicional le da una oportunidad de seguir teniendo un peso específico en la economía malagueña.

Es un año donde la llegada de los fondos europeos es clave. La queja de los empresarios es que no están llegando con la debida celeridad, ¿por qué?

Los fondos europeos son un tren que no podemos perder, una oportunidad que nos ofrece esta época postCovid. Es cierto que no hay agilidad ni eficiencia en los trámites. La burocracia se está imponiendo frente a los resultados, y los tiempos de ejecución con los que se está trabajando muchas veces se contradicen con la realidad. Pedimos una mayor colaboración entre las administraciones porque, en determinadas ocasiones, hay solapamiento de funciones. Hablo de todas ellas: la europea, la estatal y la autonómica. Estos fondos, para que sean efectivos y eficientes, deben tener además un concepto de capilaridad: llegar a todo el tejido empresarial. Para que su resultado sea realmente tangible, debe haber un acceso por parte de todo tipo de empresas, incluidas las pymes y los autónomos.

El precio de la vivienda es uno de los grandes retos, tanto por la población malagueña como por la necesidad de incorporar a trabajadores de fuera

Un gran problema de Málaga, en parte fruto de su éxito, es la escalada de la vivienda ¿Cómo lograr un mercado inmobiliario asequible para los malagueños?

Los empresarios venimos diciendo que es uno de los retos principales de futuro. Lo principal es disponer de más suelo en el mercado para conseguir un parque de viviendas mayor, junto a incentivos fiscales que faciliten el acceso a la población. Se trata, en primer lugar, de atender a la propia población malagueña, y luego, de un tema de crecimiento. Para las empresas, también es preocupante porque para captar talento de fuera se necesita que ese personal pueda encontrar un lugar para vivir a un precio razonable. Es algo que nos preocupa.

El turismo, por ejemplo necesita traer mano de obra en los meses fuertes de verano.

Efectivamente, es todo un reto. No estamos a los niveles de Baleares y Canarias, donde el problema, por su insularidad, es todavía de más difícil solución. Pero nos encontramos esa realidad. No sólo el turismo, sino el sector tecnológico o el agro.

Se habla también de la dificultad de las empresas para encontrar todos los perfiles necesarios en tecnología o turismo.

Ya hay una conciencia social de los empresarios y de la Administración de que es un objetivo importante mejorar la formación y profesionalización en todos los sectores, entre ellos esos que menciona. En el caso del turismo, se están haciendo campañas con la Junta de Andalucía para prestigiar a los profesionales de esta industria. Tenemos el reto de «enamorar» a los jóvenes que quieran acercarse al turismo. Somos líderes, y eso nos obliga también a mejorar el factor humano dentro de nuestras empresas.

Para eso tiene que haber unas buenas condiciones laborales, turnos que permitan la conciliación, etc.

Buenas condiciones laborales las hay, porque el convenio laboral de hostelería de Málaga es el más potente de España. Pero es verdad que para seducir a estos trabajadores es muy importante la parte social y de conciliación. Eso hay que trabajarlo, de hecho, ya hay muchas empresas que lo están haciendo, avanzando en ese camino.

«Lo de las elecciones fue complejo pero sale reforzada la unidad empresarial»

Su llegada a la presidencia estuvo rodeada por la polémica en torno a Cuberos, que dejó de ser a última hora el candidato de la CEM por diferencias en la confección de la lista.

Para mí y para todos fue, en general, un momento complejo. Pero que me quedo con que de ahí salió reforzada la unidad de acción empresarial. La CEM es la que presenta la candidatura a la Cámara de Comercio. Y es, además, la única que se ha presentado.

¿Le coge por sorpresa la petición de la CEM de que sea usted el que encabece la canditura y sea el presidente ?

Bueno, yo ya he estado estos cuatro años anteriores en la Cámara como vicepresidente, en la etapa de Cuberos. Hubo una petición unánime por parte de la candidatura completa de la CEM para que yo la encabezara y o único que pude decir es ‘sí, gracias’ a ese ofrecimiento.

¿Teme que lo sucedido pueda dejar heridas abiertas en el asociacionismo empresarial?

Pienso que heridas no hay. Tanto la CEM como la Cámara de Comercio son organizaciones muy fuertes y consolidadas como para afrontar el futuro con garantía. Es momento de mirar para adelante. Tengo mucho respeto por Sergio Cuberos. Su labor y la de todo su equipo ha sido muy buena en una etapa que ha sido muy complicada, con toda una pandemia de por medio. Supo mantener la institución a flote y ha dejado una Cámara de Comercio en muy buen estado financiero.

Suscríbete para seguir leyendo