Si el fútbol es un estado de ánimo, el Deportivo de La Coruña está en una grave depresión. Los gallegos acumulan la peor racha de la Liga ya que no ganan desde el pasado 19 de diciembre (2-0 al Eibar), pero son 13 los partidos sin salir victoriosos ya que el Mirandés -el mismo que eliminó al Málaga en Copa- también dejó en la cuneta a los coruñeses en el torneo copero. Una crisis de resultados que, según apuntan desde la ciudad herculina, no ha puesto nervioso al personal, pero que de prodigarse mucho más podría tener consecuencias negativas.

Desde que el Dépor no conoce la victoria en Liga, los coruñeses son los peores de la categoría con sólo seis puntos sumados de 33 posibles. Unos registros que contrastan con su juego alegre y vertical de las primeras jornadas de Liga, donde los de Víctor Sánchez del Amo incluso se colaron en la zona noble, coquetearon con puestos europeos y se adueñaron del cartel de equipo revelación.

Sin embargo, el camino está siendo arduo en este 2016, donde los resultados no están acompañando y las miradas apuntan hacia todos lados. Primero el bajón colectivo, donde se señalan a algunos nombres propios como Mosquera, Fayçal Fajr o el bajón en tareas defensivas e incluso ofensivas. La dependencia de Lucas Pérez, autor de 14 goles del Deportivo esta temporada, es palpable también para los rivales, que han comenzado a tomarle la medida al delantero gallego.

En La Coruña también se quejan de discutidas actuaciones arbitrales, una pizca de mala suerte -algunos resultados cambiaron su signo casi en el ocaso- o las lesiones, como la del brasileño Sidnei, pilar fundamental en el centro de la zaga blanquiazul.

La cuestión es que afrontan el duelo de esta noche como si fuera una final, ya que el calendario comienza a apretar y pese a que están empatados a puntos con el Málaga, la próxima salida al Calderón precipita la necesidad de conseguir puntos.

En el Dépor aseguran que son especialistas en «revivir a muertos», tal y como suele hacer el Málaga. Los de Víctor, en las últimas jornadas, han dado vida al Espanyol de Galca y al Granada de José González. Dos rivales que estaban en horas bajas y que han conseguido el triunfo contra los blanquiazules.

Campaña para llenar Riazor. Y es que los tres últimos partidos, saldados con derrotas, son una losa que comienza a pesar en el Dépor. Y para ello, la directiva del conjunto coruñés ha pedido un esfuerzo de su afición. Se han vendido para el encuentro de esta noche 2.000 entradas, por lo que se espera unos 23.000 aficionados en Riazor esta noche. La promoción, para socios, es de contar con cuatro entradas al precio de cinco euros cada una. Hoy se miden dos rivales que están en una zona relativamente cómoda, pero que llegan en horas bajas a la cita. No pueden ganar los dos, pero tampoco perder. ¿Quién saldrá airoso?