Alerta roja en Martiricos. El Málaga CF volvió a caer en su feudo, esta vez ante el Atlético de Madrid, y una vez más trasmite las peores sensaciones posibles de cara al tramo final de la Liga. Dos jugadas aisladas fueron suficientes para que los del Cholo Simeone se llevaran una cómoda victoria de La Rosaleda. Los tantos de Koke, en la primera mitad, y de Filipe Luis en la segunda, sentenciaron a un pobre Málaga que apenas inquietó a Oblak.

Los primeros minutos de encuentro se jugaron en el centro del campo, muchas imprecisiones y pocas llegadas a ninguna de las dos áreas. Pero pronto empezarían los problemas para el conjunto blanquiazul. En el minuto 7, Torres quedó dolorido tras un encontronazo con Saúl y solo aguantó seis minutos más sobre el campo. Ricca entró en su lugar y la defensa malaguistas pasó de ser de 5 a 4 efectivos.

El encuentro se desarrollaba sin grandes jugadas de ataque, pero en una acción aislada el Atleti se encontró con el gol que le colocaba en ventaja. Gran maniobra de Torres en la frontal que provocó que llegara el balón a placer a Koke para que batiera a Kameni en el mano a mano. Tocaba remar ante uno de los equipos más complicados de superar del campeonato. Lo intentó el Málaga en el tramo final de la primera parte pero no tuvo la suerte de empatar. Keko, de tacón, estuvo a punto de batir a Oblak para empatar.

El segundo tiempo tuvo el mismo guión que el primero. El Málaga lo intentaba, sin apenas peligro, y el Atleti, bien plantado sobre el césped, se dedicaba a bascular cómodamente ante la lenta circulación de balón de los de Míchel. Los blanquiazules intentaron llevar el peso del encuentro tras el intermedio, pero la falta de fútbol y claridad de ideas en ataque volvieron a estar patentes y los colchoneros apenas se vieron inquietados en defensa.

Y como ya ocurriera en la primera mitad, una jugada iniciada por Fernando Torres sirvió para que Filipe Luis batiera a Kameni con una sutil vaselina y sentenciara el partido a 15 minutos del final. En el tramo final llegaron las mejores oportunidades blanquiazules, pero entre Oblak y fleta de puntería evitaron que los de Míchel recortaran diferencias y se metieran de nuevo en el choque.

Muy malas sensaciones deja un Málaga CF que por ahora se mantiene seis puntos por encima del descenso, a la espera de lo que el Sporting de Gijón en su partido frente al Sevilla en el Pizjuán. Precisamente los de Rubi son el próximo rival blanquiazul, en la final que ambos equipos disputarán por evitar el descenso el próximo miércoles. No se puede fallar, si no el lío será gordo.