La paciencia del jeque Al-Thani con Míchel González es un asunto digno de estudio. Pese a la precaria situación del equipo en Liga, la falta de recursos que ha demostrado el madrileño y la altura de temporada en que está, el entrenador vuelve a tener una vida extra.

Y es que, el técnico madrileño, salvo giro inesperado de los acontecimientos, se sentará en el Coliseum Alfonso Pérez el viernes para dirigir al Málaga contra el Getafe en el partido que cierra la primera vuelta liguera. ¿El último de la «era Míchel? Nunca se sabe con el jeque Al-Thani, aunque una nueva derrota en el estadio madrileño acabaría de una vez por todas con el escaso crédito que tiene el entrenador ante el malaguismo.

La afición ya dictó sentencia tras el duelo con el Espanyol, donde el Málaga y su entrenador consumaron un nuevo fracaso. La falta de ideas, la mala planificación y la cada día peor imagen del equipo dejan a Míchel contra las cuerdas. Y es que, ningún club en el fútbol moderno habría aguantado en el cargo a día de hoy con el devenir del madrileño en el banquillo.

En todo caso, una victoria o un empate en el Coliseum tampoco serviría para apaciguar los ánimos de la marea blanquiazul contra Míchel, que el lunes pidió con insistencia la marcha del técnico. La afición, según la intensidad de los cánticos, tiene una escala de culpables y en ella Míchel parece estar en la segunda posición del podio. Al-Thani, que ayer a través de su hija Hamyan mandó un mensaje de unidad, es considerado el primer responsable de la nefasta temporada blanquiazul; mientras que los jugadores le acompañan en el tercer puesto del cajón.

Mientras, Míchel sigue dispuesto a cumplir su contrato hasta el 30 de junio, aunque pocos en Málaga apuestan a que lo logrará.