El próximo rival del Málaga CF llega a la cita en un gran momento de forma, crecido, amenazante -está dos puntos por debajo en la clasificación- y motivado. Hay que remontarse al 14 de octubre -un mes y medio- para encontrar la última derrota del Real Mallorca. El equipo de Vicente Moreno perdió aquel día por la mínima en el Nuevo Los Cármenes de Granada, y estaba lejos de pensar que sería el último tropiezo del mes de octubre y de noviembre. Desde aquella jornada, la novena, el equipo ha cosechado tres victorias y cuatro empates que le han consolidado entre los mejores equipos de la categoría. Una dinámica ascendente que contrasta con la blanquiazul, que ha perdido sus dos últimos compromisos.

El objetivo de la permanencia que se marcó el club bermellón a principios de temporada parece haber quedado obsoleto. Hay que recordar que el Mallorca es un recién ascendido, aunque con una dilatada historia en el fútbol profesional. Ahora cuenta con 27 puntos en el zurrón, por lo que el objetivo de mantenerse suena a falsa humildad. Dieciséis jornadas es un número más que suficiente para pensar que no es meramente ante una buena racha de resultados. Es mucho más. El equipo isleño muestra empaque en cada partido, a ningún rival se lo pone fácil, más bien al contrario, y trata de tú a tú a cualquiera, si no es claramente superior, como demostró el sábado en Reus o en la goleada al Tenerife por 4-1.

El Mallorca, sexto a cuatro puntos de la zona de ascenso directo, ha sumado trece puntos sobre 21 posibles en estos siete partidos. Trece puntos que podría haber sido alguno más. En el recuerdo de los aficionados del Mallorca aparece el empate del Extremadura en el último minuto, de penalti, y los mano a mano desperdiciados por Aridai ante el Oviedo y el Zaragoza, que de haber marcado a ambos estaríamos hablando ahora de cuatro puntos más.

En cualquier caso el balance que hacen los bermellones es más que satisfactorio en un equipo se que mueve con prácticamente los mismos hombres que ascendieron de Segunda B, con la única novedad en el once titular de Dani Rodríguez, que se ha convertido en un fijo para Vicente Moreno.

El técnico, cada vez más cotizado en el mercado -sonó para venir al Málaga CF el pasado verano-, solo tiene palabras de elogio para sus jugadores, y tras la victoria en Reus valoró la racha de siete partidos invicto: «Habla mucho del carácter de los jugadores y nos beneficia a los que tenemos la suerte de trabajar con ellos», les piropeó.

El Mallorca, que en toda la temporada no ha bajado de la octava posición y durante dos jornadas ha ocupado plaza de ascenso directo, quiere prolongar su racha de resultados el próximo sábado en Son Moix ante el Málaga, uno de los equipos que está por encima de los rojillos y que supondrá toda una prueba de fuego.

Precisamente ambos conjuntos se juegan acabar el año en la zona alta, porque los isleños visitarán El Molinón y recibirán al colista, el Nástic, para cerrar su gran año 2018.