Con cada gol en contra en el estadio de Martiricos, la afición salta y canta para que los suyos no decaigan. En un sinfín de ocasiones, la grada se ha consolidado como la fuerza extra que han necesitado los jugadores del Málaga CF y así lo han manifestado ellos mismos e incluso el técnico madrileño, Víctor Sánchez del Amo.

En cambio, cuando los resultados no llegan, cuando ni se vence ni se convence con el juego que se propone, parece normal que la primera consecuencia sea un descenso notable de la asistencia a los partidos. Más allá de los horarios, porque un domingo a las cuatro de la tarde no es mala hora para acudir en familia o con los amigos al fútbol, en el último choque en casa La Rosaleda se mostró con muchísimo menos público de lo habitual. Solo 13.691 personas vivieron en directo el encuentro contra el Elche y, de este número, un par de decenas corresponden a los ilicitanos que se desplazaron desde la Comunidad Valenciana para animar a los suyos.

Números que se convierten en unos de los peores que se ha recogido en el estadio blanquiazul en lo que va de campaña. Este descenso se ha ido viendo partido tras partido en casa. Cuando el Cádiz, líder del torneo, visitó Málaga, a La Rosaleda asistieron 17.467 espectadores. Después llegó el Real Oviedo, en la primera y por ahora única victoria del conjunto de Víctor Sánchez del Amo en casa. En aquella ocasión fueron 16.371 malaguistas. Pero la cuenta ha ido bajando en los partidos sucesivos, desde los 15.521 en la visita del Fuenlabrada a Martiricos hasta los menos de 14.000 del choque del pasado domingo ante el Elche. El peor dato fue en el partido entre semana ante el Rayo Vallecano, aquel martes por la noche acudieron a La Rosaleda tan solo 13.616 personas.

Por ahora, la media de asistencia en esta temporada 2019/2020 está en torno a los 16.000 aficionados en las gradas de la cancha costasoleña. Número que es susceptible de bajar si el equipo sigue con la misma dinámica. Y aunque la fidelidad de los seguidores malaguistas sea indiscutible, cuando las victorias no acompañan y lo que se muestra en el terreno de juego no ilusiona,es lógico que caiga la afluencia de público.

La capacidad de espectadores de La Rosaleda supera los 30 mil asientos y, en la pasada campaña liguera, la media de asistencia fue de unas 18.000 personas entre la Fase Regular y el partido de play off que disputó ante el Dépor. O sea, 2.000 más que este año.

Aún así, en esta última jornada el templo malaguista ha sido el cuarto en cuanto a afluencia de público. Primero el Carranza, segundo El Molinón y tercero, con casi 300 personas de diferencia, Riazor con 13.832 espectadores.