A medida que pasan los días, las optimistas declaraciones que realizó Richard Shaheen en su rueda de prensa del pasado 10 de enero parecen más alejadas a la situación real por la que está pasando el Málaga CF.

Por parte de LaLiga, hace solo un par de días Javier Tebas ya dio el enésimo toque de atención a los dirigentes del conjunto blanquiazul y afirmó que el club solo tenía garantizada su sostenibilidad «hasta febrero o marzo» y que si después no cumplían con los pagos «tendrán problemas serios con esta casa».

En los muros de Martiricos se mantiene la preocupación y la alerta, nadie quiere oír hablar de un nuevo caso Reus. Otro caso a tener en cuenta fue la sanción que sufrió en 2015 de no poder fichar al incumplir el fair play financiero. Situación a la que se acerca peligrosamente el club costasoleño.

El club de Martiricos sigue sin dar respuesta a los problemas económicos que ya dificultaron la planificación deportiva de este pasado verano, inacción que pueda acarrear que los contratiempos perduren también hasta la próxima temporada.

El mercado invernal de fichajes, la gran oportunidad que tenía el Málaga CF para aliviar masa salarial y cuadrar cuentas, está a pocos días de concluir sin grandes operaciones a la vista. Si bien es cierto que los últimos días de mercado son frenéticos, el club vive el debate interno hacer caja con sus mejores jugadores a costa de perder piezas de vital importancia a nivel deportivo para lograr la permanencia en la categoría de plata del fútbol español.

Miembros del plantel costasoleño como Juanpi, Keko Gontán y Rolón tienen un salario que ahoga las cuentas del club. Aunque no se consiga una gran cantidad por su venta, el ahorro de sus fichas supondría un gran alivio para las arcas blanquiazules. Luego están los casos de Keidi Bare, Antoñín o Adrián, los nombres que más han sonado en la rampa de salida y que más dinero dejarían en Martiricos. De no realizarse ninguna venta significativa, el Málaga se enfrentará a la incapacidad de hacer frente a los pagos con los jugadores, acreedores y Hacienda

Sanciones del reglamento

Las posibles sanciones que puede sufrir el Málaga en los próximos meses están recogidas en los Estatutos Sociales de la Liga Nacional de Fútbol Profesional. Concretamente, en el artículo 78 bis, dedicado al régimen sancionador aplicable al control económico. En él, se califica como «muy grave» hechos como infringir los acuerdos adoptados por el Comité de Control Económico de LaLiga, incumplir el pago de deudas e incumplir los «hitos económicos y/o financieros fijados en el plan de viabilidad presentado por el Club/SAD», además de exceder el límite de coste de la plantilla deportiva.

El Málaga no ha respetado el control económico y tiene varios expedientes y sanciones ya abiertos con LaLiga. Es más, incumple diversos artículos de este reglamento de la LFP, hecho que, provocaría que de cara a la próxima temporada se enfrentase ante una sanción que imposibilite fichar a nuevos efectivos. O, como mucho, podría incorporar e inscribir a nuevos jugadores bajo normas como que lleguen por el mínimo establecido por la competición. Así se recoge en uno de los puntos del citado artículo 78 bis.

Pese a que el director general Richard Shaheen afirmarse que, desde su llegada, el club ha conseguido ahorrar algo más de un millón de euros las cuentas siguen sin cuadrar. Y así, entre intervenciones policiales y procesos judiciales con la propiedad, el tiempo corre en contra de los intereses del Málaga.