De la alfombra roja de los premios Goyapremios Goya al tapete verde de La Rosaleda. Con resaca aún de la fiesta del cine, el vendaval dio paso a un cielo azul y despejado para recibir al Málaga CF en su feudo. Lástima que el conjunto de Pellicer no emulase el éxito de Antonio Banderas y se quedase, una vez más, a las puertas de conseguir la gloria después tras protagonizar varias jugadas de dolor.

Como viene siendo habitual, el Málaga comenzó el partido de Martiricos, dominando el balón, cómodo, midiendo la propuesta el Mirandés de Andoni Iraola. No tardaron mucho los blanquiazules en dar la primer señal de aviso y, pasado el primer minuto de partido, Adrián efectuó un disparo a puerta asistido por el canterano Hicham.

Durante los primeros compases del encuentro, el equipo malacitano ya demostró que, desde la llegada de Pellicer, hay mejoras a nivel táctico que permiten al equipo dar un paso adelante. Juanpi, desaparecido en los últimos meses, aprovechó su titularidad y tomó las riendas en la dirección de juego de los blanquiazules, acompañado también de un Hicham en gran estado de forma. Incluso en defensa, con varios despejes de relevancia de Diego González, el Málaga mostró una mejor cara. En cambio, como también lleva siendo habitual en los últimos meses, a los jugadores les costaba generar claras ocasiones de peligro en el área de Limones.

Bien plantado en verde de Martiricos, los de Pellicer no dejaron de intentarlo. A Cifu desde fuera del área por la izquierda, Sadikuen varias ocasiones pero erraba en el último pase.

Pasada la media hora de encuentro, Diego González subió a apoyar en labores ofensivas y recibió una falta dentro del área. Sin dudar, el colegiado Varón Aceitón decretó la pena máxima y el capitán blanquiazul, titular después de superar sus molestias físicas, no perdonó. Así, en el minuto 34, el Málaga ya estaba por delante en el marcador. Manteniendo la concentración y la solidez en defensa, el equipo se fue al descanso 1-0.

Aunque brillase el sol en Málaga, en la seguna parte Gloria llevó un vendaval al césped de La Rosaleda. Los blanquiazules apenas concedieron oportunidades a los de Andoni Iraola, pero las pocas que dejaron tuvieron terribles consecuencias. Al sacar el esférico, Munir no calculó su pase y regaló un balón a Marcos de Sousa a escasos metros de la portería. Balón que el Mirandés convirtió en gol y dividió a la afición malaguista entre los que silbaban al guardameta marroquí y los que le aplaudían en señal de apoyo.

El ritmo del encuentro fue subiendo y ambos equipos mostraban sus intenciones de decantar la balanza. Sadiku, que durante la primera mitad de partido intentó en varias ocasiones batir la portería rival, logró sacarse la espina. Asistido por Hicham, lanzó un derechazo directo a la red. Poco podría haber hecho el portero del Mirandés para evitar el 2-1 que devolvía, momentáneamente, la alegría a las gradas de La Rosaleda.

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LaLiga SmartBank | Málaga CF 2-2 CD Mirandés

Pero poco después llegaría el otro regalo para el Mirandés, esta vez protagonizado por Juankar. El madrileño cometió una innecesaria y absurda falta en el área, los burgaleses no desaprovecharon la ocasión y Merquelanz en el punto de penalti convirtió el tanto que devolvía las tablas entre ambos equipos. Dos errores y dos goles en contra que echaron por tierra el buen hacer del conjunto de Pellicer en los minutos anteriores, acentuando así la importancia de rematar los partidos.

En el último arreón, Juanpi intentó que el equipo no se fuese con mal sabor de boca, pero rodeado de cinco jugadores del Mirandés la esperanza era mínima.

Sí, el Málaga encadena ya nueve partidos sin perder, sumar siempre es positivo y se vislumbran ciertas mejoras en el juego, pero las individualidades y las pocas opciones de relevo acaban frenando la progresión del equipo. La próxima semana, nueva oportunidad de plasmar todos estos cambios ante el Elche.