La gestión del puerto Marina- La Bajadilla y la controversia que rodea el futuro del recinto portuario afecta ya a los usuarios, que lamentan la falta de mantenimiento y seguridad desde que en enero se dejasen de prestar los servicios de marinería. Los propietarios temen por la seguridad de las embarcaciones y reclaman restablecer la figura del marinero.

Éste es el caso de Pablo Bonet, propietario de un barco de vela que muestra su intranquilidad ante la falta de seguridad del puerto: «No tenemos porqué estar durmiendo y pensando que va a saltar el levante o el poniente y un barco se va dar un golpe con otro o con el pantalán», señala. Bonet recuerda la importancia del marinero, cuya empresa subcontratada ha decidido dejar de prestar los servicios de mantenimiento y vigilancia tras no recibir los pagos por parte de Nas Marbella, empresa adjudicataria liderada por el jeque Al-Thani, una situación generada ante la retirada de la concesión por parte de la Junta de Andalucía y la interposición de un recurso contencioso-administrativo por parte del catarí.

El conflicto jurídico y administrativo afecta así a los usuarios del puerto, que muestran su intranquilidad ante la falta de control: «Cualquier persona puede entrar, saltar la valla, meterse en un barco y hacer un destrozo o provocar un incendio; esos son los miedos que tenemos», asegura.

A ello se suma el temporal de los últimos días, que aumenta los riesgos de sufrir desperfectos ante la falta de los marineros, que resolvían cuestiones como ordenar el tránsito, controlar que los fuertes vientos y las lluvias no provoquen la soltura de amarres o que los barcos se golpeen unos con otros o con los pantalanes, así como evitar el hundimiento de embarcaciones abandonadas.

Así, Bonet destaca que acude todos los días al puerto «a ver cómo están las amarras, si se aflojaron, o si el barco de al lado está dando golpes. «No es justo que nos estén cobrando por un servicio que no están dando», comenta. Además, denuncia que la basura queda acumulada en el puerto varios días y no se arreglan los desperfectos, ya que solo hay personal administrativo, lo que genera «falta de limpieza, de mantenimiento y de cuidado de las embarcaciones». También critica que «no hay registro de barcos».

David, otro usuario del recinto náutico, indica que ha estado varios meses sin agua en el pantalán debido a una avería, a pesar de que paga su amarre sin recibir a cambio los servicios que debe prestar un puerto. «Nadie va a hacer un descuento», afirma.

El afectado relata cómo varios de los propietarios de embarcaciones han puesto reclamaciones a la empresa Nas Marbella, de la que asegura que «no hay contestación» y que sólo ha mandado una carta tipo diciendo que «intentará arreglarlo lo antes posible».

Diego Gianini es el propietario de una embarcación en La Bajadilla que muestra también su preocupación ante la falta de seguridad del puerto: «Si yo supiera que hay marinero no vendría todos los días a ver si está todo bien, si hay gente extraña o no. Estás pagando por un servicio que no es barato», lamenta en referencia a los amarres, que cuestan entre 1.800 y 6.000 según la eslora del barco. Gianini suma a ello la falta de iluminación en los pantalanes o en la tomas de agua y luz del amarre.