En vacaciones y durante el curso, un niño que se aficiona al deporte desde pequeño tendrá una vida más sana y un mejor desarrollo físico. Son innumerables los beneficios que el deporte puede aportar a un niño, entre ellos hemos de destacar que es un excelente medio para comunicarse con los demás. De nosotros depende en gran medida que nuestros hijos se aficionen al deporte.

El deporte contribuye al de-

sarrollo físico del niño y al de-

sarrollo de las funciones motoras y cognitivas cuando se practica con regularidad, siendo muy importante como medio para que los niños se diviertan, se relacionen, aprendan a jugar y mejoren su autoestima.

El comportamiento del niño en el deporte nos muestra en gran medida aspectos de su personalidad, y son de gran importancia las actitudes y conductas que pueda aprender, porque empezarán a formar parte de su carácter. Por lo tanto, es fundamental que aprendan el respeto hacia sus compañeros, aceptar la derrota, saber ganar, esperar su turno, etc. ya que estas actitudes y conductas seguirán manteniéndolas cuando sean mayores.

El deporte en la infancia sobre todo ha de divertir y gustar a quien lo practica. Es el niño quien debe elegir el deporte que desea realizar, nosotros podemos orientarle en función de sus aptitudes físicas o incluso de nuestras preferencias, pero no podemos obligarles, han de ser ellos los que deben elegir.

Algunas de las ventajas de practicar deporte desde la infancia son, por ejemplo, que aporta grandes beneficios a la salud física del niño y contribuye al desarrollo de las habilidades motrices, a mejorar la agilidad, los reflejos, la velocidad, la resistencia..., cualidades que le serán muy útiles a lo largo de su vida; también ayuda al de-

sarrollo sano de su cuerpo y al bienestar corporal.

Además es beneficioso para la salud mental del niño, le relaja mentalmente y hace que ponga interés en algo muy diferente a lo que se ocupa normalmente. Ayuda a desconectar de las preocupaciones diarias y a despertar ilusiones.

También incrementa la autoestima, le ayudará a tener más confianza en sí mismo. En el caso de niños tímidos, es aconsejable que practiquen el deporte en equipo porque le ayudará a relacionarse con los demás niños y a vencer algún miedo o temor que pueda tener. Para los niños pocos activos, es mejor el deporte individual porque les obligará a realizar un esfuerzo superior.

Por otra parte, mejora sus relaciones sociales, ya que aprenden a aceptar las reglas, a potenciar el compañerismo y asumir responsabilidades. Pero, sobre todo aprenderá a integrarse con los demás niños y a hacer grandes amigos.

Corrige cambios de conducta. En el deporte el niño tiene que aprender a frenar sus impulsos excesivos o, por lo contrario, a ser más participativo. También reduce la tendencia a desarrollar comportamientos agresivos. A través del deporte los niños también aprenden la importancia del esfuerzo personal y de la superación. Descubren cómo con constancia, disciplina y esfuerzo se pueden alcanzar metas, esto les llena de espíritu de superación.

Los padres deben fomentar el deporte de sus hijos e intentar introducirlos en alguna actividad deportiva, preocupándose por encontrar el deporte que más le guste a su hijo de acuerdo con las aptitudes físicas del niño.

Para que haya una continuidad, deben buscar un deporte que les divierta y con el que disfruten, para ello los padres deben mostrar interés, asistiendo a los partidos y comentándolos después con ellos, observando su comportamiento y tratando de animarles cuando sea preciso o calmarles cuando estén sobreexcitados.

Tanto los entrenadores como los padres deben evitar que los niños sean excesivamente competitivos, no se trata de preparar a futuros profesionales, si no de que hagan ejercicio físico y se diviertan, por ello hay que enseñarles que lo importante es el deporte, que no consiste en ser los mejores ni en ser unos campeones, sino en practicar deporte.