Las portadas que protagonizó Carmina Ordóñez solo cubrían la "imagen mediática" de la que "sabemos todo", por lo que la miniserie, de dos capítulos, que estrena el próximo miércoles Telecinco trata "la parte emocional, lo que había detrás de la foto", cuenta Patricia Vico, quien da vida a "la divina"

Durante los dos próximos miércoles, la vida de esta mujer de la estirpe Ordóñez Dominguín lo que la hizo famosa desde la cuna, volverá a la televisión.

"Carmen Ordóñez tuvo una vida de película", dice Vico sobre una mujer en la que no "había reparado excesivamente" hasta que le ofrecieron un papel para el que se ha centrado en "la mayor sensibilidad personal que tenía, frente a la que mostraba mediaticamente".

La actriz Patricia Vico encarna a la Carmen Ordóñez adulta, desde que con 27 años conoce a Julián Contreras, su segundo marido, hasta su fallecimiento en 2004.

Antes que ella, Carla Diaz ("Tierra de lobos") y Ana Caldas ("Cazadores de hombres") ponen rostro a la infancia y juventud de Carmina, cuando conoce y se casa con Paquirri y tiene a sus dos primeros hijos.

Rodada en Sevilla, Madrid, Huelva y Marrakech, "donde el equipo caía como moscas por los cuarenta y tantos grados a los que grabamos", la serie está producida por Telecinco en colaboración con Cuarzo.

La participación del director Miguel Albaladejo ("Volando voy", "Rencor") fue determinante para la participación de Vico. "Ha sido una historia de amor, lo adoro", describe la actriz, "me ha hecho sentir muy cómoda, hemos tenido un criterio muy parecido".

"La intención era acercar al personaje, no hacer una imitación". En este acercamiento la interprete ha descubierto a "una mujer muy generosa, que vivió la vida a tope y que apostó por ella misma".

Aunque en el guión tampoco se han querido olvidar frases que la primera mujer de Paquirri hizo populares como "divinamente" o la rima "¡a mí plin, soy Ordóñez Dominguín!" o de gestos característicos, como su movimiento de melena, que la actriz también ha adoptado gestos. Sin embargo, Vico considera que era su "fuerte energía" el reto para captarla de manera adecuada.

A pesar del posible morbo que pueden acompañar a algunas escenas de la vida de Ordoñez, como las acusaciones de malos tratos y su muerte, la producción no ha querido obviarlas:"Se cuenta todo, pero no de manera hiperobvia. Se ve tanto su sufrimiento como su felicidad", indica Vico.