David Chase, creador de la mítica Los Soprano, proclamaba en días recientes con motivo de una entrevista con motivo del 25 aniversario de la serie la muerte del streaming. Ha pasado un cuarto de siglo, en la que la familia de mafiosos más famosa de la historia de HBO vino a las pantallas para ponerlo todo patas arriba. Toni Soprano no solo revolucionó las series de televisión, sino que supuso un revulsivo para el género que actualizó referentes que se habían quedado en Scorsese. Un nivel difícil de batir. A pesar de la revolución que supuso para el mundo televisivo, para Chase esto no es sino un espejismo y la cruda realidad es que volvemos al mismo sitio del que venimos. Netflix tiene su tarifa con anuncios, mientras que HBO en breve abandonará su nombre y pasará a llamarse simplemente Max. Y eso en lo que toca a las dos plataformas que lo iniciaron todo. Con el tiempo fueron apareciendo nuevos actores en la guerra del streaming que acabaron poniendo al borde del abismo a muchos de sus combatientes. A nadie se les escapa que tarde o temprano ya se van deslizando la idea de fusiones. El cambio de nombre de HBO es precisamente fruto de una de esas fusiones, la que ha hecho con Discovery.

Con la pandemia, parecía que el negocio de las plataformas solo podía ir hacia arriba. Con millones ciudadanos encerrados en sus casas, sin nada que hacer más que ver la televisión, se alcanzó un techo que hasta hace unos años era impensable. Cada día nos encontrábamos con una nueva plataforma que conseguía títulos en exclusiva que no se podían ver en otro sitio. Sin embargo, pronto llegó una dosis de realidad y en cuanto se vio que era difícil crecer más empezaron a dispararse las alarmas. La primera en tomar medidas fue Netflix y por eso fue una de las más atacadas en su día. Uno de sus momentos más críticos llegó cuando dijo que iba a poner coto a las cuentas compartidas. Las llamadas al boicot y las cancelaciones de suscripciones provocaron que durante varios meses la plataforma fuera el enemigo público número uno. Pero una vez pasada esa tormenta, Netflix vuelve a brillar como una de las plataformas más rentables. En la competencia están todavía cuadrando números y con despidos masivos. La gran N está logrando volver a crecer gracias a otra impopular medida, la tarifa barata con anuncios. El principal temor de muchos es que acabe pesando más para la plataforma los ingresos por la publicidad que los ingresos por suscripciones y que aquellos que están pagando la tarifa más cara dejen de interesarles.

Que Netflix es un escaparate para que cualquier serie pueda ser difundida masivamente es algo fuera de duda. Hay series que han alcanzado cifras de audiencia mucho mayores en la gran N roja que cuando estaban en sus plataformas o cadenas. Ahí tenemos esa curiosa resurrección de las series de HBO que han estado estos meses entre las más vistas, como pueden ser las clásicas A dos metros bajo tierra o True Blood. Tras haberse divorciado de Netflix para crear su propia plataforma, Disney ahora afronta sus dificultades económicas planteándose el vender a Netflix otras series de su catálogo. Eso sí, se quedaría con sus joyas de la corona., como Marvel y Star Wars. Pero tampoco tenemos que irnos muy lejos, porque le pasó lo mismo a Antena 3 con La casa de papel. Cuyas audiencias se dispararon de verdad en cuanto pasó a la plataforma de pago. La cadena privada rival, Tele 5, tuvo otra curiosa experiencia cuando pescó para su programación el culebrón colombiano Café con aroma de mujer, después de que esta llevara más de un año siendo una de las series más vistas de Netflix. El resultado es que no sólo se pegó el batacazo, sino que provocó que el público volviera a verla en Netflix otra vez. Ahora además, Netflix se la devuelve resucitando Sálvame en un reality para sus incondicionales con el título de Sálvese quien pueda. Allí al menos, habrá bastante menos anuncios que los que teníamos que aguantar en la cadena privada.

Los anuncios no son el único eco de la televisión del pasado. Algunas de las plataformas ya empiezan a apostar por estos procedimentales a la vieja usanza, donde no había que haber visto todos los capítulos para entender la trama. A cada episodio, una historia nueva. Como ha hecho Skyshowtime con Pokerface, y en menor medida con Star Trek Strange New Worlds. No sólo vuelven los procedimentales, sino algunas de las series de antes. Aunque con una acogida más bien discreta, como ha sido el retorno de Frasier.

Vivimos tiempos de incertidumbre y de cambios en el mundo de las plataformas digitales. Está bastante claro que no vamos al volver al modelo anterior, aunque algunas de las formas que se están barajando tiene cierto tufillo a lo de antes. El púbico ya se ha acostumbrado a pegarse sus atracones de series y verlas cuándo, dónde y como quieran. El modelo va cambiando y hace un año que Netflix cerró el negocio con el que entró en el mercado, su servicio de videoclub. Un modelo de negocio que empezó en 1997. Dos años antes de que HBO empezara Los Soprano. Curiosamente, Lilyhammer, la primera serie con la que Netflix irrumpió en el mercado contaba con uno de los actores de Los Soprano como su protagonista, Steven van Zandt, en un papel que recordaba mucho al que tuvo en su trabajo anterior. El resto, ya es historia. Una en la que todavía quedan muchos capítulos por contar. ¿Dónde estará Netflix dentro de diez años? ¿Y el resto de las plataformas?