De la misma manera que día tras día vemos cómo se hacen trizas (¿es un pájaro? ¿es un avión? no, es la selección española de fútbol) todos los tópicos acumulados durante lustros sobre la calidad de nuestro combinado nacional, observamos, atónitos, cómo esta semana ha caído cual castillo de naipes otro tabú que parecía impensable hace no tanto: «El Telediario 2 de TVE gana el premio al mejor informativo del mundo, por delante de la BBC,CBS, ABC News y la RAI», rezaban los teletipos de las agencias. El premio lo otorga el prestigioso instituto internacional Media Tenor, que analiza diariamente 700 medios –impresos, de radio, televisión y on line– de todo el mundo, y puntúa teniendo en cuenta criterios como el análisis político que se hace, la diversidad de las cuestiones locales o la cobertura no

sensacionalista de noticias en países extranjeros.

Y de igual forma que los mimbres de «la Roja» se los debemos a Luis Arágonés, es hora de que rindamos tributo, aquí y ahora y por siempre y para siempre, al injustamente olvidado Alfredo Urdaci. Porque sin aquellos tristes lodos, no habríamos tenido estos felices polvos: no debió ser fácil tener que hacer esperar al entonces elegido nuevo jefe de la oposición, José Luis Rodriguez Zapatero, tres años (tres: uno, dos y tres) para que pudiera tener una entrevista en la cadena pública; no debió ser fácil conseguir ser el responsable de la primera sentencia condenatoria por manipulación informativa que tiene Televisión Española en toda su historia; y tampoco debió ser fácil hacer un seguidismo gubernamental tan clamoroso y abracadabrante como el que se hizo con la información de los atentados del 11-M. No era nada fácil, pero él lo consiguió. El mérito, para quien se lo trabaja.

Acabado el apartado de agradecimientos y sin necesidad de galardones tan rimbombantes, hay que decir que actualmente todos los espacios

informativos de Televisión Española tienen una factura más que digna y por encima de la media, y en algunos casos excelente: aparte del espacio premiado (donde Lorenzo Milá rozó la perfección), Telediario 1 (con la siempre solvente Ana Blanco), La 2 Noticias (estupenda Mara Torres) o «La noche en 24 horas» (con Vicente Vallés presentando y dirigiendo uno de los mejores espacios informativos del panorama actual) ofrecen un servicio de información de un rigor y una calidad incuestionable. Y tanto en ellos como en programas como «59 segundos», «Tengo una pregunta para usted» o «Los desayunos de TVE», la presencia del PP y del resto de partidos de la oposición es continua, constante y permanente.

Y lo mejor de esto es que –al igual que con la apuesta de juego de la selección española– una vez dado el paso, es difícil volver atrás (¿se

imaginan otra vez a Clemente de entrenador, con Salinas de delantero rompedor? Pues lo mismo que a Urdaci de director de telediario).

Demostrado queda que si hay voluntad política y se ponen los medios necesarios, los equipos informativos de las cadenas de titularidad pública son capaces de dar una información equilibrada, plural y profesional, que es una de las varas de medir el desarrollo democrático de los países avanzados. Siempre hemos envidiado a la selección argentina, a la italiana o a la brasileña, en igual medida que se nos caía la baba con la profesionalidad e independencia de la BBC inglesa o la TF-1 francesa ¿no?

Pues ahora que vayan tomando asiento y que nos envidien a nosotros: parece que esto va a ir para largo?