Si Mahoma no va a la montaña, pues se va a la playa. Tsunami informativo con epicentro en la Costa del Sol y con secuelas en Madrid. Dicen que la mujer del presidente de Estados Unidos, Michelle Obama, ha reservado casi medio centenar de habitaciones en el hotel Villa Padierna, situado entre los municipios malagueños de Benahavís y Marbella, entre el 4 y 8 de agosto. Pocos días son. Y habitaciones, si tenemos en cuenta que el cabeza de familia no se desplaza. Mientras, medio centenar de responsables políticos se frotan las manos antes de confirmar la noticia por sus propios medios, como prefiriendo que nadie les despierte de un sueño que saben no se merecen. No es para menos. Debe ser difícil calcular el beneficio que nuestro destino turístico ha podido obtener en apenas tres días sin que ninguno de los Obama haya puesto un pie en territorio malagueño. Incluso antes de cualquier confirmación de la Casa Blanca. Más complicado será calcular los beneficios que obtenga cuando los medios de todo el mundo vean a Michelle Obama y a una de sus hijas comiéndose un plato de gambas. A eso se le llamo yo la mejor campaña publicitaria del mundo sin gastar ni un solo euro. Una publicidad que recordará a todo el planeta que la Costa del Sol todavía tiene espacio para el turismo de calidad. Ese que tanto se echa de menos y cuya ausencia en los últimos años ha deprimido a los más optimistas. Ese que la Junta de Andalucía buscaba en el mercado estadounidense y cuyo esfuerzo le ha evitado la Casa Blanca de un plumazo.

Dicen, también, que la agenda del presidente de Estados Unidos impedirá que visite la Costa del Sol durante los días de estancia de su esposa y su hija. No hay bien que por mal no venga, la verdad. Soñaba con nuestros líderes, nacionales y provincianos, deambulando por Marbella como almas en pena hasta coincidir casualmente con el hombre más poderoso del planeta. Barack se lo pierde. No tiene ni idea del hotel que Michelle ha elegido para pasar unos días con unos cuantos amigos. Yo tampoco. Una visita virtual –y gratuita– a través de la web del hotel Villa Padierna, que aún no sé si está en Benahavís o en Marbella, es más que suficiente para tener una idea de lo que algunos consideran glamour.