Ovillo. Guarda el sonido de la propia palabra algo del movimiento circular que hay que realizar para obtener una bola de hilo. Al llegar a la v se puede sentir la tensión centrífuga del hilo en cada nueva rotación. Cuanto mayor número de órbitas se realizan alrededor del centro, mayor es la esfericidad lograda. Parece que en algunos casos, basta la insistencia en una idea sencilla para incrementar notablemente las posibilidades de éxito.

A pesar de la carencia de un Plan Director del Centro Histórico, el tiempo parece confirmar que la iniciativa municipal en la recuperación de los espacios públicos del Centro Histórico de Málaga, está conformando una figura espacial coherente. El entramado de los proyectos que desde mediados de los noventa se han culminado, comparten algunas ideas comunes sencillas: la preferencia del peatón, que recupera su condición de ciudadano por encima de la de «vehículo no rodado», la calidad material de los pavimentos, valorados como una fachada más, y marco capaz de recuperar y ensalzar las arquitecturas presentes, y el evidente potencial cultural de estos lugares de encuentro y representación.

La próxima inauguración del museo Thyssen-Bornemisza, favorecerá la rehabilitación de su entorno urbano, en el entendimiento de que un edificio no acaba en su puerta sino en los caminos que llevan a él, raíces con las que se nutren de vida en forma de visitantes. Algo que no llegó a suceder durante las obras de calle Granada, que olvidaron la rehabilitación del tramo norte peatonal, que conduce al Museo Picasso. Curiosamente, a pesar del cuidado que se precisa para hacer un buen ovillo, éste es también sinónimo de cosa enredada, por el riesgo de acabar mal si la tensión se afloja. El tiempo y la distancia varían las lecturas de las realidades en las que estamos inmersos ofreciendo algo de perspectiva. Un ovillo en la distancia siempre nos dirá si salió esférico o no; de muy cerca solo mostrará lanzadas de hilo y líneas en el aire. Hay múltiples proyectos urbanos pendientes de culminarse. La perseverancia valiente en una idea, más allá de los ciclos temporales definidos por las distintas festividades, muestran la seguridad en ella, y en el rumbo mantenido.