Debe obligarse a diputados y ministros a que lleven corbata en el Congreso, para que los espectadores descuidados adviertan la diferencia cuando la institución sea tomada por los indignados del 15-M. La indumentaria es el núcleo de la política española, los trajes de Camps pierden fuelle frente al debate auspiciado por Miguel Sebastián al frecuentar el Parlamento vestido de ministro iraní, descorbatado. El titular de Industria asume su misión como si estuviera montando una revolución, cuando está huyendo de ella. A ningún consumidor le importa si aprobó la subida de tarifas eléctricas con o sin un nudo al cuello.

Combatir el cambio climático quitándose la corbata, equivale a contrarrestar la adicción al petróleo colocándole un mechero solar al Ferrari. El populismo ministerial estriba en lograr que los ciudadanos consuman menos energía, para que a continuación paguen más dinero por ese consumo inferior. De este modo, las verdaderas ahorradoras son las eléctricas –que son las constructoras, con lo que está dicho todo–, pues aumentan los beneficios con una menos distribución. A cambio, los ejecutivos de estas compañías no se despojan ni en verano de sus corbatas, que harían las delicias del inquisidor Bono.

El presidente del Congreso interpreta el desnudo de la corbata como el último capítulo en la degradación del Gobierno. Sin embargo, un político tan fascinado por las celebridades como Bono debería recordar que las revoluciones científicas recientes han sido protagonizadas por descamisados.

¿Vetaría el paso a Steve Jobs, dado que el creador de Apple viste indefectiblemente camiseta negra, vaqueros y zapatillas deportivas, hasta el punto de que no le dejaron acceder al hotel francés de lujo donde se celebraba una fiesta de su empresa? Los Brin y Page de Google no sólo visitarían las Cortes sin corbata, sino a lomos de un skateboard. En fin, el Zuckerberg de Facebook se le presentaría en chanclas. Por desgracia, Sebastián no puede competir en genio creador con los citados ni entrando al Parlamento en un escueto bañador.