Siendo hoy martes el último día del año, debería presentaros una lista ordenada de propósitos para el año nuevo, o también, como han hecho en Times Square muchos ciudadanos neoyorquinos, una relación de todo lo malo que nos ha pasado para que los malos augurios se vayan tan rápidamente como aparecieron en este 2013. Sin embargo, siguiendo el consejo de David Steindl-Rast, al que probablemente no conocerán, quiero dar las gracias por las cosas buenas que pasaron.

David, o el hermano David, es un religioso benedictino que asegura que la gente es feliz porque es agradecida y no al revés, es decir la felicidad es una causa de tener una actitud de agradecimiento permanente. No soy un optimista de salón, y mucho menos como Nerd Flanders en Los Simpsons pero me gusta lo de agradecer. Podemos dar gracias al 2013 porque hemos visto este año como una ciudad se ha volcado con los demás cuando lo han necesitado, a nivel particular las familias han sido refugio de muchos y las muestras de solidaridad en forma de gran recogida o Ángeles de la noche, sin olvidarnos de la omnipresente Cáritas, son de agradecer. El centro de la ciudad ha sido este año un motor económico, se abren nuevos negocios, y existe mucho movimiento en Málaga, mucho más que en otra ciudades, gracias 2013. El 2013 se ha llevado a muchos seres queridos, cuanto mayores somos más gente despedimos, pero también de más gente disfrutamos, gracias por disfrutar de esa gente que nos pones en camino en forma de amigos y familia.

Este año hemos visto como gente anónima puede mover montañas. Curro, en Lagunillas, está haciendo una labor a base de llamarle al pan pan y al vino vino y de camino repartir lo poco que tiene con los que más los necesitan. O Carmen, que entre achaque y achaque sigue con su perenne sonrisa dando su vida por los más débiles, los niños y manteniendo el nombre de la asociación Nuevo Futuro más actual y real que nunca. Ya lo dice el monje benedictino austriaco. Es de bien nacidos ser agradecidos. Gracias 2013, aquí seguimos para contar otro año.