Eal Real Madrid, con su vicepresidente Raimundo Saporta al mando de las operaciones, se le adjudicaba el poder de meter en los bombos de los sorteos europeos bolas frías y bolas calientes. De este modo se planificaba la competición. El Mundial, que se está disputando, también parece dirigido por una mano inocente dado que la distribución de los cruces hace presumir una final entre Brasil y Argentina. El problema está en los cruces anteriores al plan.

Brasil logró desembarazarse de Chile en los penaltis y ahora le toca Colombia, que con la figura del torneo, James Rodríguez, podría estropearle el pasodoble o mejor, la samba. Si hubiera existido la mano inocente desde el punto de vista brasileño habría que cortársela.Que una cosa es pensar en la final y otra bien distinta, llegar a ella. A Brasil, que tantos problemas tiene para ganar partidos y con México no pasó del empate, lo mismo que con Chile, si todos los pronósticos se cumplen tendrá en el camino a Francia o lo que es peor, Alemania.

Argentina, que tampoco está exhibiendo juego deslumbrante y se está manejando con el inesperado gol de Messi, tiene delante a Holanda, o la Costa Rica triunfal, además de Bélgica que en esta clase de competiciones vive de tapada y es capaz de proporcionar serios disgustos. A España, por ejemplo, le aguó la Eurocopa de 1980 y el Mundial de 1986.

Todos los cálculos son apriorísticos y se basan en el historial y nada más lejos de la realidad que considerar importantes resultados de otros tiempos y en otras circunstancias. Las estadísticas cuentan la historia, pero no garantizan el futuro.

Se supone que el sueño de los brasileños es jugar la final contra Argentina. Ello tiene también cierto morbo histórico fundamentado en la Copa América y se supone que entre los argentinos aún existe el tipo que en España vendía el colchón para ver a Lagartijo y Frascuelo o Joselito y Belmonte. Los rioplatenses también son capaces de poner en almoneda sus pertenencias con tal de presenciar un acontecimiento de este tipo. Lleno y reventa estarían asegurados.

Creer que en el fútbol también se puede afirmar aquello de América para los americanos es erróneo. Por el camino, ayer, aún quedaban opciones europeas con Francia, Alemania y sobre todo, con la afortunada Holanda que derrotó a México en los dos minutos finales y de penalti discutido. Holanda es tal vez la menos preocupante para los americanos porque ha jugado tres finales mundialistas y las ha perdido. Una en Munich, otra en Buenos Aires y la tercera hace cuatro años en Johanesburgo frente a España. A la actual «naranja mecánica» la está exprimiendo en sus figuras más veteranas Van Gaal. No practica el fútbol total que la hizo famosa con Rinus Michels y Johan Cruyff, pero con tres ex madridistas, Robben, Sjneider y Huntelaar remontó ante México. En los mundiales no valen las bolas calientes y frías. Hay demasiados imprevistos. Verbigracia: Costa Rica que echó del Mundial a Italia e Inglaterra.