El año termina y lo hace con importantes incógnitas. De tanto calado como es no saber quién será el próximo presidente del Gobierno. O si tendremos que votar de nuevo en un par de meses. Las de esta noche serán las uvas de la incertidumbre y a más de uno puede que se le atraganten pensando en lo que se le viene encima. Pero, por el contrario, también hay quien cerrará este 2015 con una importante duda despejada. Los padres de Teatinos, Las Lagunas, en Mijas, y los de Torre de Benagalbón han visto escuchadas por fin sus históricas reclamaciones. Tras años esperando y desesperando han conseguido que la Junta de Andalucía confirme la construcción de tres centros educativos en estas zonas de la capital malagueña y la provincia. La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, anunció el martes que el Plan de Inversión en Infraestructuras Educativas 2016/2017 incluirá estos colegios, reclamados en el caso de Teatinos desde hace quince años.

Un tiempo demasiado prolongado que ha supuesto que varias generaciones de alumnos estudien en barracones o tengan que desplazarse varios kilómetros cada día. «El objetivo final y el horizonte es la eliminación total de los módulos o aulas prefabricadas que hay en Andalucía», ha sentenciado el portavoz del Ejecutivo autonómico, Miguel Ángel Vázquez. La frase suena bien pero la Junta acumula tantos antecedentes negativos que resulta poco o nada creíble. Además, seguro que los padres afectados han echado de menos un pelín de autocrítica. No hubiera sobrado admitir que estos nuevos colegios deberían haberse construido hace años y que tener unas infraestructuras dignas es un paso clave para empezar a darle la vuelta al sistema educativo.

En los propósitos del nuevo año no estaría mal seguir por la senda del sentido común y, tras dotar a Andalucía de unos centros educativos en condiciones, continuar con reformas que permitan que los alumnos andaluces puedan presumir no sólo de colegios relucientes. El sistema educativo necesita mucho más y no basta con decir que la educación es la base de todo. Las dudas o incógnitas no son admisibles.