Políticos desconsiderados

He escogido la expresión «desconsiderados» como titular siendo muy indulgente contra los que va dirigida. No quiero abundar en los calificativos que hoy por hoy machaconamente emplea la mayor parte de la ciudadanía refiriéndose a los que conforman por el momento la panoplia de los que ansían dirigir el país, y en consecuencia, nuestros destinos. Son epítetos más contundentes que hablan a las claras de la indisposición que el bien llamado «pueblo llano», en el que muy a gusto me encuentro, dirigen a quienes no acaban de encontrar una solución viable para las circunstancias en la que nos movemos.

Encargó el Jefe del Estado la formación de Gobierno a Rajoy y éste acepto en primera instancia, pero sin desvelar sus intenciones de someterse o no a la investidura, lo que pese a lo que explícitamente señala la Constitución, a saber, someterse por consiguiente a esa ceremonia, se vuelve a estar en el aire y sin saber con qué cartas quedarnos.

No está solventado el dilema, ni mucho menos, al menos que se sepa, porque no hay que descartar conversaciones subterráneas entre partidos encaminadas a la consecución de este fin. Lo que trasciende, empero, es que el Partido Popular no va a prescindir de Rajoy como obcecadamente piden los líderes del PSOE y Ciudadanos, condición sine qua non para que éstos concedan su beneplácito a la figura del presidente del Gobierno en funciones.

No acertamos a entender las posiciones irreductibles de quienes abogan por que no haya elecciones y a la vez niegan el pan y el agua a quienes pretenden salvarnos de esa eventualidad manteniéndose firmes en posiciones que nadie con dos dedos de luces, que decimos en mi tierra, entienden y que vienen socavando el interés general.

Estamos asqueados y hartos sobremanera de este espectáculo ignominioso que ofrecen un día sí y otro también la cerrazón de los políticos que no miran sino a su propio ombligo con desprecio absoluto a los propósitos de quienes les votaron. El hartazgo de los españolitos de calle y acera es evidente, tanto que ya se contemplan movilizaciones en contra de los políticos, todos los de cabeza de cártel, para que dejen paso a otros que de verdad se ocupen de los problemas del pueblo, que no son pocos, y sí, muy apremiantes.

José Becerra GómezMálaga