Hay que elegir (¡Ay!, ese puñetero verbo…) Entre el titular: «Madrid se entrega a Pokemon Go en una concentración en la Puerta del Sol», y el titular: «Cuando Juan Antonio no se tiene en pie», deberíamos elegir este último o acabaremos maharones perdidos. Los ancianos padres de Juan Antonio Fernández, un discapacitado intelectual de 40 años con un Parkinson avanzado y problemas para estar de pie, han conseguido que el Ayuntamiento instale un banco en el lugar donde aguarda el autobús que le lleva a su centro de día en Málaga (lo contaba ayer en este periódico Alfonso Vázquez, de cuya humanidad e intermediación para mejorar situaciones cotidianas de gente vulnerable ya hemos hablado en esta página).

Bucle diabólico. Quizá sea por el verano que nos está dando nuestra clase partidista, pero considera uno que las dificultades de la vida real están muy por encima de las repetidas prevenciones de Rajoy para presentarse a la Investidura, como establece el mandato constitucional tras haberse encontrado con el Rey y haber aceptado esta vez el encargo, al menos a medias, como fuerza más votada, por mucho que las interpretaciones de la Carta Magna se hagan en un sentido o en otro según convenga y en cada momento a los unos y a los hunos. Pero no sólo él, con su reticencia de enfrentarse a una Investidura en la que demostrar lo demostrable la gane o la pierda, los políticos empiezan a estar en grave riesgo, cada vez más expuestos a medida que pasan los meses, por su incapacidad manifiesta para pactar y para sacrificar intereses personales y estrategias partidistas que puedan o no favorecer el voto en unas nuevas elecciones cada seis meses. Un bucle diabólico.

Dinamitar puentes. El espíritu colaborativo por encima del espíritu competitivo para construir el futuro, me lo recordaba anteayer una docente muy concienciada con su alumnado. Pero el presente lo condiciona la dialéctica democrática que se sostiene en la alternancia de contrarios, o al menos de diferentes. Y eso aunque, como en Andalucía, la alternancia aún no se haya producido en el Gobierno. Los partidos se emplean en dejar claro a sus votantes más acérrimos lo lejos que están del adversario, incluso aunque eso no sea siempre verdad. Si se ahonda en la diferencia y no en lo que acerca se dificulta la colaboración y se exacerba la competencia. Aunque no siempre, el teatro de la confrontación se mantiene incluso en cuestiones en las que puedan estar por encima de las ideologías -como poner un banco para discapacitados junto a la parada de un autobús, un ejemplo chiquito y local pero que se hace grande por lo que ayuda a quien tiene un problema mucho más grande todavía-.

«Vivan las caenas». Pero les funciona. Porque cuando un ciudadano expresa con determinación: Yo jamás votaré al «otro», está dando patente de corso al «suyo» para abundar en el todo vale para perpetuarse. Hagan lo que hagan los míos, los otros son peores; y más valen mis instalados, mis degradados (mis corruptos, incluso), que los otros que tal andan. Y así hasta agrietar las paredes del Estado de Derecho tras las que se ocultan, felices y calladas, las cucarachas, que ahora huyen, por las grietas que ha provocado la falta de mantenimiento, de las fumigaciones judiciales y la amenaza de los partidos emergentes, que aunque torpes y contradictorios en demasiadas ocasiones, aún no están del todo abducidos por las infames inercias institucionalizadas. Parecer herramientas de regeneración más que menos solventes, aún no asimiladas por la espesa inercia, es la única baza de C’s y Podemos para no perder el voto conseguido. Y ya veremos si para crecer o no, eso dependerá de cómo reaccionen PP y PSOE, cada uno con sus circunstancias, al órdago de la autorenovación más pronto que tarde.

Homenaje a mañani. Pero siguen pasando cosas que mejoran el mundo, no sólo estupideces pokemoníacas, fanatismos o tragedias (la alegría y el dolor mezclados, como decía el verso de Blake, difícil de encajar si pensamos mucho en ello). Que tras el primer presidente negro, una mujer sea al fin candidata a la presidencia de EEUU (al margen de matices críticos, que los hay) es otro paso que hace un camino mejor que el transitado. Eso consuela, a pesar de la extrema candidatura del otro lado. También consuelan los afectos que impulsan logros. Como el afecto de un hermano que llora al que ha perdido injustamente temprano (el querido Ignacio Mañani, músico y creador de la web «Talentos malagueños») empleándose a fondo en organizarle una gala como la de ayer en La Caja Blanca. Allí estuvo su familia y actuaron muchos artistas de talento. Para recordarle, continuar su legado con la nueva revista que saldrá por septiembre y entregar a su viuda la recaudación obtenida. -Gracias Miguel Ángel… Porque hoy es Sábado.