Hace una semanas estuvo por Málaga José María Olaizola, un sacerdote jesuita del que ya te he hablado en alguna ocasión. Leerle y escucharle es siempre una maravilla. Olaizola tiene una cabeza prodigiosa, un tono de voz tan agradable que podría tenerlo a todas horas. Tiene un canal de Youtube en el que habla de cosas tan importantes como la libertad personal en un lenguaje que atrapa. Total, que Olaizola y un grupo de personas vinculadas a los jesuitas en Valladolid anunciaron el 4 de octubre que pondrían en marcha una iniciativa llamada Los martes verdes. Esa iniciativa trata de convertir ese día de la semana en un momento de reflexión sobre la responsabilidad medioambiental. Es decir, que a raíz de la Carta Encíclica del papa Francisco Laudato Si, Olaizola y sus compañeros han decidido hacer algo por cuidar el planeta.

Ese hacer algo empieza, por ejemplo, por vestir de verde, tuitear una foto con el hashtag #losmartesverdes y compartirla. Eso es un un gesto de cara a la galería, una forma de mostrar una actitud. No, no es sólo postureo ese vestir de verde los martes, sino que sirve para acompañar pequeños gestos que hagan de nuestra casa común un sitio mejor. Disminuir el consumo energético, las emisiones, los residuos€ Detalles que hagan de nuestro planeta un sitio menos malo, menos incómodo, menos sucio.

¿Por qué no utilizar los martes como un día de reflexión? ¿Por qué no acercarnos al mercado y comprar alimentos producidos en nuestra ciudad? ¿Por qué no intentar pasar un día sin latas, sin plásticos? Y si encima, poco a poco, convertimos en martes todos los días de la semana, ya habremos hecho el gesto que, de nuestra parte, hará de éste un sitio más agradable en el que vivir.