Ayer no había Feria pa tanta gente. Da gusto ver un evento así en Málaga. Este sexto Transfiere (Ciencia, Tecnología, Innovación, palabras de primer prensado en frío calidad extra o escritas con humo) trae al Palacio de Ferias y Exposiciones de la capital de la Costa del Sol medio millar de empresas e instituciones, hay una cincuentena de universidades representadas y una veintena de países, y se harán presentaciones y eso tan entretenido llamado pitching de algunos de los más de 1.600 proyectos presentes. Y, para colmo, ha venido a inaugurarlo el rey Felipe VI (al que acompañaban arracimados la presidenta de la Junta, un ministro, una secretaria de Estado, el alcalde, el rector, agentes económicos, fuerzas muy vivas o en estado de hibernación, y todo el gentío del que tira un Rey)

Un brillante sexto Transfiere para un Felipe sexto que con su 1,97 m es tan alto como dos reyes felipes (bueno, o casi como Felipe Reyes, 2,06 m). Por eso el Rey protagonizó una de esas anécdotas que tanto juego dan a una columnilla como ésta. Ahí quedó el momento para los imprescindibles compañeros gráficos de esas dos azafatas quitando, ante la sonrisa del monarca, la tarima que se suele esconder detrás del atril (en otros lugares a veces te colocas todavía sobre una caja de cerveza o refresco), al percatarse alguien de que si el Rey se hubiera subido en ella habría quedado a una distancia cómica e interestelar del micrófono.

Y para mayor colmo de bienes, el Rey en su discurso soltó una perla local como ésta: «Málaga es una ciudad que ha hecho del dinamismo su bandera y ha apostado por la innovación en muchos ámbitos». Cómo no alegrarnos de ese generoso placebo dialéctico quienes amamos nuestra ciudad, pero sobre todo cómo no hacerlo por el alcalde malagueño, a quien se le podía percibir ligeramente elevado de su asiento. El levitador y su vértigo, habría titulado también ese momento el gran Rafael Pérez Estrada. Un acto íntimo de levitación ante el delicioso vértigo que le va acercando a su adiós a la alcaldía, aunque en aguas convulsas, casi de homenaje en homenaje. Al tiempo€

«Gracias, señor, por creer en una sociedad mejor y más avanzada, porque también será más justa», le dijo al Rey la guapa y solvente Mari Ángeles Martín Prats. No era la primera vez que se encontraban Felipe VI y la profesora de Ingeniería de la Universidad de Sevilla e investigadora aeronáutica. El Rey ya la había condecorado con la Medalla al Mérito Civil en junio de 2015, cuando la investigadora andaluza había sido incluida en el Top 100 de mujeres líderes en España. Martín Prats transfiere credibilidad y esperanza. Lo hizo con su sincero discurso, porque ella no parecía estar sólo para la foto: «Invertir en investigación es rentable. Nos va el futuro en ello», dijo con esa pasión que mueve a quienes aportan el valor añadido de entregar el alma por su trabajo, como los artistas de verdad o los científicos o quienes bregan con el don y la maldición del talento y el esfuerzo que les exige. Ése talento que tanto necesitamos que se reconozca y transfiera a nuestra sociedad.