Inhumanidad en China

Quieren dar una mejor imagen de Pekín y evitar los problemas de contaminación, falta de agua, etc. Pero en vez de resolver esos problemas en la ciudad, y la miseria de las zonas rurales cuya emigración a Pekín aumenta su riqueza pero agrava esos problemas, las autoridades, con la excusa de «seguridad» tras algunos incendios, han emprendido la más despiadada campaña de desahucios y destrucción de asentamientos ilegales. En pleno invierno, el aviso es de pocos días, e incluso de pocas horas y de madrugada a esos inmigrantes que tienen el valor de llamar «de baja calidad».

Más de cien intelectuales y artistas han protestado ante esa barbarie, un acto heroico en esa feroz dictadura. Pero un racismo también inhumano hace que su voz no encuentre un eco eficaz en estos países que dicen defender los derechos humanos. Por ejemplo, en España, donde calla no sólo la derecha, que hace grandes negocios con todo tipo de tiranos, sino en una izquierda que se manifiesta cien veces contra países en que hay cien veces menos millones de oprimidos, pero no contra una China con la que aún se siente afín (sic), a pesar de tantos datos como éste: hoy también se ha destapado que cuando lo de Tiananmen mató, no ya a 200, como se dijo, sino 10.000 manifestantes por una democracia, cuya falta allí dañará cada vez más la nuestra.

Fermín Espinosa Romero. Málaga