'Dolor y vergüenza', por Plácido Cabrera Ibáñez

u No es fácil para una persona manifestar públicamente dolor y vergüenza por los errores cometidos personalmente, o por los de aquellos que se encuentran bajo su autoridad. En casi todas las instituciones públicas, privadas , familiares y religiosas, algunos de sus miembros han cometido delitos diversos. Entre ellos se encuentra el de los abusos sexuales. En el caso de los católicos, el papa Francisco, al igual que sus antecesores, sí han expresado frecuentemente dolor y vergüenza por el daño causado por los miembros de la Iglesia, al mismo tiempo que han procurado apoyar a las víctimas y poner un mayor esfuerzo para que estos hechos no se vuelvan a repetir. Pocos han sido los Reyes, Presidentes de Gobierno, Ministros, Concejales que han manifestado públicamente dolor y vergüenza por los actos cometidos entre sus súbditos o personal a su servicio. No han sido pocos los deportistas, policías, profesores, padres, etc., que han sido acusados por estos hechos y otros delitos similares, no por ello menos graves, sin embargo, no recuerdo que ningún Ministro haya pedido perdón. Es de justicia destacar que junto a estos “garbanzos negros” que hay en cualquier Institución, se encuentran muchísimos más que procuran comportarse con honradez y fidelidad y a pesar de esto, han de soportar el sufrimiento por la sospecha, la duda, el miedo y la desconfianza.